Enfermedad cardiovascular, el cáncer y las fracturas | 25 AGO 04

Estrógenos conjugados equinos en mujeres postmenopáusicas con histerectomía

Los beneficios incluyen la mejoría en los sofocos y en la atrofia vaginal y la prevención y el tratamiento de la osteoporosis.
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Desarrollo | 3. Desarrollo | 4. Desarrollo
Desarrollo

Monitoreo y suspensión del estudio: A comienzos del 2000 y en el 2001, se recomendó informar a las participantes de ambas ramas de tratamiento, de los riesgos de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular y coágulos en las mujeres que tomaban las hormonas. En el 2002, con la terminación prematura de la rama con estrógenos más progesterona, se les informó a las mujeres en la rama con estrógenos solos que no había un mayor riesgo de cáncer de mama. Se realizaron análisis el 31 de agosto del 2003 y el 30 de noviembre del 2003 y no se llegó a ninguna recomendación. El 2 de febrero del 2004, se decidió concluir el estudio. El NIH llegó a la conclusión que con un promedio de 7 años de seguimiento, el ECE no pareciera afectar el riesgo de enfermedad cardiaca. El riesgo de un accidente cerebrovascular fue similar al riesgo reportado para la rama con estrógenos y progesterona. Al reconocer el riesgo de un accidente cerebrovascular y la posibilidad de no tener una cardioprotección ni una disminución en el riesgo de cáncer de mama, el NIH consideró inaceptable que las mujeres continuaran recibiendo medicación con el objetivo de la prevención.(17)

Características: Entre 1993 y 1998, un total de 10.739 mujeres fueron randomizadas  a la rama con estrógenos solos. En general, las participantes eran sanas aunque 441 (4.1%) tenían el antecedente de un infarto de miocardio o una revascularización coronaria. Los grupos fueron distribuidos al azar en cuanto a sus características demográficas y los factores de riesgo.

Seguimiento: Se conocen los datos de 10.176 (94.8%) participantes, incluyendo 580 (5.4%) que se sabe fallecieron. Por un promedio de 6.8 años (rango, 5.7-10.7 años), sólo 563 mujeres (5.2%) abandonaron el tratamiento o se perdieron en el seguimiento o dejaron de aportar información por más de 18 meses.
Al momento de terminarse el trabajo, el 53.8% de las mujeres ya habían dejado de tomar la medicación. Algunas mujeres habían comenzado a utilizar estrógenos solos por indicación de su médico: 5.7% de las mujeres en el grupo con ECE y 9.1% en el grupo placebo con un seguimiento de 6 años.

Enfermedad cardiovascular: Los niveles de lípidos en sangre fueron determinados en un subgrupo del 8.6% de las mujeres de base y al año y mostró una reducción en las lipoproteínas de baja densidad (-13.7% versus -1.0%, P<.001) y un aumento en las lipoproteínas de alta densidad (15.1% versus 1.1%, P<.001) en el grupo con ECE comparado con el grupo placebo. Las reducciones en el colesterol total de base con respecto al del año fueron comparables (-2.3% versus -1.4%, P = .41). Los mayores

 

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