La deficiencia auditiva condiciona en muchos aspectos el desarrollo infantil y las relaciones familiares. Una amplia revisión de la literatura permite a los autores investigar las relaciones entre esta discapacidad y los trastornos mentales en niños y adolescentes en términos de prevalencia, rasgos clínicos y factores etiológicos.
La pérdida de la audición tiene un efecto devastador en el desarrollo del lenguaje, con repercusiones en el desarrollo cognitivo, afectivo y psicosocial. No obstante, consideran los autores, el impacto de la sordera puede ser acentuado o atenuado en función de su medio ambiente familiar.
Señalan que hay dos factores que poseen gran importancia en las variaciones interindividuales observadas en los planos del lenguaje, la educación e integración psicosocial: el grado de la pérdida auditiva y la edad de inicio de la misma. Cuando la pérdida de la audición se produce antes de los cinco años, y más aún cuando se produce antes de los dos años, los niños suelen presentar mayores déficit en el aprendizaje que cuando la pérdida acaece luego de la adquisición del lenguaje.
Problemas metodológicos. No es sencil
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