Medicina Preventiva | 26 FEB 03

Prevención secundaria de la preeclampsia

El conocimiento de la fisiopatología; los métodos de detección precóz y los medios para intervenir y corregir los cambios fisiopatológicos son la base de la prevención secundaria.
Autor/a: Dres. Dekker G, Sibai B Lancet 2001 Jan 20;357(9251):209-15
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Desarrollo | 3. Desarrollo
Desarrollo

La prevención secundaria de una enfermedad es solamente posible si se cuenta con tres requerimientos básicos: el conocimiento de los mecanismos fisiopatológicos (ya analizados en el artículo sobre prevención primaria); la disponibilidad de los métodos de detección precoz y los medios para intervenir y corregir los cambios fisiopatológicos.

Disponibilidad de los métodos de detección precoz

Se han propuesto muchos métodos para poder predecir el futuro desarrollo de la enfermedad. Algunos de estos métodos ya se utilizan y otros no sería difícil incorporarlos en la práctica hospitalaria.

La medición de la presión arterial o la presión arterial media en el segundo trimestre no es un método útil para la detección precoz de la preeclampsia. Estos métodos hablan de hipertensión gestacional pero no de la enfermedad que se asocia a una morbimortalidad perinatal. La ganancia de peso tampoco predice el desarrollo de una hipertensión inducida por el embarazo y la ganancia de peso sola no afecta los resultados perinatales.
La mayoría de las mujeres con hipertensión inducida por el embarazo son asintomáticas y los análisis de laboratorio sirven para predecir, diagnosticar y monitorear el progreso de la enfermedad.

El clearance de ácido úrico cae en forma desproporcionada en la preeclampsia comparado con el clearance de urea y creatinina. La explicación para la disminución específica del clearance de uratos reside en el patrón bifásico del compromiso renal en la preeclampsia. La función tubular es la que primero se afecta y luego se compromete la función glomerular. El ácido úrico se utiliza como indicador de la severidad de la enfermedad y predice mejor los resultados adversos perinatales que la presión arterial. En la mayoría de las pacientes, el aumento de las concentraciones de uratos coincide con el aumento de la presión arterial y precede a la proteinuria (un signo de daño glomerular). La proteinuria es un signo tardío de hipertensión inducida por el embarazo.

Las embarazadas con altos valores de alfa-fetoproteína (AFP) en el segundo trimestre, cuyos fetos no tienen defectos del tubo neural, tienen un alto riesgo de muerte fetal, de bajo peso para la edad gestacional y de parto prematuro. Puede haber una asociación similar en

 

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