Terapéutica | 31 OCT 01

El efecto placebo

El placebo es una modalidad terapéutica que exige la participación de las funciones intelectuales superiores del paciente; la intensidad de esta participación induce directamente la respuesta somática curativa llamada "efecto placebo".
Autor/a: Lic. Alicia Kasulin 
INDICE:  1. Introducción | 2. Introducción | 3. Introducción | 4. Tabla I. Eficacia del placebo en las principales afecciones médicas. | 5. Introducción | 6. Introducción
Tabla I. Eficacia del placebo en las principales afecciones médicas.

Godfroid no soslaya la pregunta: ¿Debe utilizarse el placebo? El tema es delicado. 
En la tabla III destaca las reglas básicas que hacen a la prescripción adecuada de un placebo. En el caso de una presentación farmacológica, la vía de admisión modula la eficacia medida. Per os, las cápsulas de mayor tamaño son más eficaces que las pequeñas (14). El efecto será más notorio en las inyecciones: las intravenosas son más efectivas que las intramusculares (14). Las "técnicas placebo" se cuentan entre las más concluyentes (cicatrices de cirugías facticias, ultrasonidos simula-dos (24)): de hecho, más caro sea o mayor impresión cause el placebo, más beneficioso resultará (56). La forma y el color que tenga tampoco serán anodinos: las cápsulas que contengan una preparación coloreada son más potentes que las tabletas de color, pero éstas lo son más que las blancas. Si éstas tienen bordes redondeados, serán más eficaces que las redondas (11). Más aún: las ranuradas son generalmente mejor vistas (38). Hilando todavía más fino, se constata en numerosos estudios clínicos que el color del placebo se asocia con un efecto específico: el azul es sedante (13), el verde ansiolítico (11), el rosa (13) y el rojo (38) son estimulantes, el castaño laxante (38), el amarillo antidepresivo (14) y el blanco analgésico o hipnótico (14). Al negro (15), en tanto, lo acompaña un efecto nocebo innegable. El gusto puede intervenir: los preparados amargos son más eficaces que los insípidos (13). Lo mismo ocurre en los placebos tópicos: serán más eficaces en el nivel de una zona dolorosa que alejado de ella (10). El placebo no está exento de tener efectos secundarios. Por ejemplo el 19% de los voluntarios sanos a quienes se habían administrado placebo en el curso de estudios clínicos de fase I sufrieron diversos problemas (5); cefaleas, vértigos, astenia, náuseas, diarreas, eritema polimorfo (5,8,14). Pero en este caso se trató más probablemente de un efecto nocebo: los voluntarios sanos enrolados en este tipo de estudios no esperan efectos curativos. Los efectos secundarios reales del placebo son raros y siempre benignos.

La sustancia placebo adquiere en el curso de su administración un perfil farmacológico propio y una particular relación dosis-efecto (8,21,38). Entraña, a largo plazo, un fenómeno de tolerancia, y un síndrome de abstinencia es posible en caso de interrupción de suministro (39). El placebo puede potenciar la acción del verum con el que se asocia. Por otro lado el efecto del placebo es siempre más importante cuando un verum eficaz lo precede (1). Se ha propuesto, fuera del tratamiento de sustitución de un órgano deficiente utilizar placebo en alternancia con el verum, con el objeto de disminuir el costo del tratamiento y sus efectos secundarios, y por ello mejorar el cumpli

 

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