Terapéutica | 31 OCT 01

El efecto placebo

El placebo es una modalidad terapéutica que exige la participación de las funciones intelectuales superiores del paciente; la intensidad de esta participación induce directamente la respuesta somática curativa llamada "efecto placebo".
Autor/a: Lic. Alicia Kasulin 
Introducción

El campo de acción del placebo es inmenso. Las  tablas I y II, sin ser exhaustivas, muestran un resumen de las principales afecciones somáticas y psiquiátricas en las que es eficaz: el placebo mejora todo trastorno, principalmente por el hecho de que el acto terapéutico entraña siempre una parte de efecto placebo (24,56).

Godfroid sostiene que pese a lo que siempre se ha creído, no existen sujetos "placebo-susceptibles" y "placebo no-susceptibles": todos y cada uno son susceptibles de respuesta ante la administración de un placebo (10,14,26,57). Es más, afirma que no existe elemento alguno relativo a la edad, la inteligencia, el sexo, la raza, la religión; ni siquiera rasgo de personalidad, educación o clase social susceptible de predecir la respuesta al placebo (51,57). El único elemento que parece indispensable es la participación de funciones cognitivas superiores maduras y funcionales, lo que explica que no exista efecto placebo en pacientes comatosos (24), muy poco en los recién nacidos (4) o en los dementes profundos (36).

El efecto beneficioso del placebo no se limita a las afecciones "funcionales" o psicosomáticas (tabla I). El efecto del placebo no es sólo subjetivo (disminución del dolor (56) o de la ansiedad (36)): puede llevar a la cura, puede provocar una modificación anatómica objetivable (6,57). Del mismo modo, se describen sus efectos sobre la función cardíaca, la hiperlipemia (20), la cicatrización de heridas (55) y aun en la sobrevida de los cancerosos (32). Éste es el efecto que suele incomodar: el placebo, en un principio prescrito sólo "para placer" al paciente, alivió posterior-mente las "enfermedades imaginarias"; y finalmente hubo que aceptar su efecto benéfico en caso de afecciones reales (que se calificó "no específico" (55)). La evolución de un enfermo tratado con placebo no puede compararse de ningún modo a la historia natural de la enfermedad (24,32). Su eficacia se presenta generalmente más rápidamente que la del verum (molécula "específica"), por ejemplo en el tras-torno depresivo, persiste de seis meses (57) a un año en el angor (6) y puede llegar a ser significativa dos años después en una indicación tan delicada como la dependencia alcohólica (49).

Por supuesto, continúa, el poder curativo del placebo es inferior al del verum. Pero los sujetos depresivos con puntuación inferior a 13-14 de la escala de Hamilton responden tan satisfactoriamente al placebo como al antidepresivo (45). También su acción se manifiesta en la depresión melancólica45 o en el dolor intenso (35% de respuesta positiva, es decir disminución en un 50% de la intensidad subjetiva del dolor (25)). Es tan eficaz en los trastornos agudos como en los crónicos. No obstante, en algunos "pacientes crónicos" que ya han experimentado numerosos tratamientos ineficaces, el placebo será igualmente inactivo; es lo que se llama el placebo sag (42).

El placebo puede adoptar múltiples formas: no sólo la de una sustancia farmacológica en cada una de las vías de administración posibles. El efecto se halla también en la cirugía (se conoce el efecto placebo en la cirugía de la arteria mamaria interna en el angor (38) ), la psicoterapia y fisioterapia (41). Cuando se administra un tratamiento, el efe

 

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