Congreso de Medicina Interna en Córdoba | 12 MAY 18

Desobedientes y rigurosos (o la felicidad de ser médicos)

En el Congreso de Medicina Interna realizado en Córdoba se vivieron momentos que renuevan la esperanza en el futuro de la medicina
Autor/a: Daniel Flichtentrei 

"El chasquido del látigo sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la del que experimenta para crearla o comprobarla". Manifiesto Liminar de la Reforma Universitaria, 1918

Los congresos médicos se autodefinen como espacios de circulación de novedades. Pero funcionan como “silos académicos” o “cámaras de eco” en hoteles cinco estrellas donde se repiten cosas nuevas sobre teorías viejas que nadie discute. Sus novedades son confirmatorias de los esquemas de pensamiento de los que nunca se animan a sacar los pies del plato. Son un modelo nuevo de un auto viejo. Pero hace dos años que el Congreso Nacional de Medicina Interna rompe atrevidamente con ese esquema auto-celebratorio. En 2017 en el encuentro realizado en Rosario, el tesón de un grupo de colegas liderados por el infatigable Roberto Parodi y la generosa y sabia iluminación del profesor Alcides Greca quebraron es inercia narcotizante. Este año el congreso se realizó en Córdoba y avanzó otro paso sobre esa huella bajo el liderazgo del inefable Dr. Carlos Presman y el compromiso permanente del Dr. Pablo Bertaina y la Dra. Eugenia Barile

La lectura del programa ya permitía anticipar que allí habría algo infrecuente y movilizador. Las palabras también son hijas de las ideas que encarnan. Los temas, los títulos de las mesas de debate y de las conferencias predecían una ruptura que iba más allá de la eterna reproducción de lo establecido. El lema bajo el que se convocó a los asistentes fue: “La clínica en tiempos de tecnologías e inequidad”. Los temas candentes de la clínica abordaron las enfermedades del mundo real y, en todos los casos, bajo la propuesta de “cuidar” del paciente con esas patologías.

En la agenda se animaron con la diversidad de género y su atención médica, la crítica a la forma hegemónica de enfrentar la epidemia de obesidad y de diabetes, la redefinición del rol del clínico, la necesidad de adecuar las guías al contexto, la narrativa como instrumento de la clínica y tantos otros. Lo infrecuente consistió en el modo en que cada problema fue presentado, siempre inserto en la realidad social en la que nuestros pacientes y nosotros mismos vivimos. Hubo decenas de llamamientos a pensar críticamente y a conformar un juicio propio basado en el conocimiento científico. Fuimos estimulados a abandonar la aceptación dogmática y automatizada de un conjunto de ideas que nos utilizan como meros reproductores e intermediarios y que niegan el verdadero trabajo intelectual y creativo del médico que consiste, precisamente, en situar las evidencias en el caso particular y en el escenario en el que la asistencia tiene lugar. No hubo tema en el que no se promoviera la imprescindible historia biográfica y no solo el repertorio meramente acumulativo de las variables biológicas del padecimiento de las personas. La perspectiva fue al mismo tiempo rigurosa y desobediente.

Este año se conmemora el centenario de la Reforma Universitaria que tuvo lugar en 1918 en la ciudad de Córdoba. Esa gesta histórica cargada de heroísmo en muchos aspectos transformó la historia del acceso a la educación en Latinoamérica. Su recuerdo también estuvo presente en el congreso y su espíritu renació en cada discusión. Una mesa particularmente fructífera de la que participaron el Dr. Carlos Nota, el filósofo Diego Tatián y el licenciado Juan Cruz Varela puso la vara intelectual del congreso en su punto más alto.

Un tipo que sabe sin solemnidad

El Dr. Carlos Presman, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba, titular de la Cátedra de Semiología del Hospital de Clínicas, puso su sello personal en todos los rincones del congreso. Su desopilante locuacidad cordobesa resonó en las salas y en los pasillos del congreso. Una particular manera de abordar la medicina con alta exigencia científica pero despojada de solemnidad y de arrogancia se desplegó en todo su esplendor. Hay que tener coraje intelectual para desafiar las formas establecidas del estrecho mundo académico sin descuidar su profundidad y sus exigencias metodológicas. Vale la pena destacar su actitud que se extendió como un virus salutífero contaminando a la comisión organizadora primero y a los miles de asistentes más tarde. Jóvenes colegas procedentes desde todos los rincones del país y de países vecinos llenaron las aulas con su entusiasmo y su curiosidad. Atentos y sorprendidos, muchos de ellos descubrieron que se puede estar al mismo tiempo comprometido con el conocimiento y feliz de aplicarlo solidariamente a sus semejantes.

En un ambiente donde pensar por fuera de la caja es a veces un acto que genera más problemas que satisfacciones, lo que Carlos Presman ha logrado sienta un precedente que merece ser imitado. No estoy muy seguro acerca de si Presman tiene un coraje muy poco frecuente o si está completamente loco. En cualquier caso me alegro de que así sea y se lo agradezco sinceramente.


La carta de convocatoria para el congreso

Estimado Colega:

Le invitamos a participar del VII Congreso Nacional e Internacional de Medicina Interna a celebrarse en Córdoba los días 9, 10 y 11 de mayo 2018 en el Hotel Sheraton, organizado por la Sociedad de Medicina Interna de Córdoba, miembro del Foro de Medicina Clínica.

Es nuestro anhelo pensar juntos el rol del Clínico en el marco de la transición epidémica de las enfermedades, de la revolución tecnológica y de las condiciones socio-ambientales. Queremos compartir nuestra visión de la Medicina Interna desde la perspectiva biológica, biográfica y social e intentar una integración de los más actualizados conceptos de la evidencia con la narración.

Aspiramos a reflexionar sobre las condiciones sanitarias en que ejercemos la especialidad y cómo la realidad atraviesa nuestro ejercicio profesional. Hemos priorizado disertantes que ejerzan la Medicina Interna como actividad central en su profesión, promoviendo a las nuevas generaciones con sólida formación académica que abrazan con pasión la Clínica Médica.

Esperamos que los encuentros sean participativos, enriquecedores, a menos y de aprendizaje para todos; utilizando las técnicas más modernas en comunicación pedagógica e incorporando saberes de otras disciplinas que nos ayuden a desentrañar los complejos procesos que intervienen en la salud-enfermedad hoy.

Hemos acordado titular al Congreso: El arte de cuidar: la clínica en tiempos de tecnologías e inequidad. Nos asiste la convicción de que la Medicina Interna debiera ocupar un rol central en el acto médico; sabemos de la magnitud del desafío pero es menor al tamaño de nuestra esperanza.

Dr. Pablo Bertaina
Presidente
Sociedad de Medicina Interna

Dr. Carlos Presman
Presidente
Comité Científico

Dra. Eugenia Barile
Presidente
Comité Ejecutivo

 

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