Los sentimientos influyen más que los argumentos racionales | 12 ABR 18

La satisfacción con las políticas públicas es una cuestión de emociones

En 2015, los irlandeses se echaron a las calles contra una nueva tasa de agua movidos por la frustración y la desconfianza, y sin tener en cuenta el análisis de costes y beneficios de esta medida

Paul Murphy TD said water protesters were right to be angry at austerity cuts while banks were bailed out

Investigadores de la Universidad de Alicante y la University College de Dublín han analizado el fenómeno y concluyen que los sentimientos influyen más en la aceptación o rechazo de las nuevas directrices que los argumentos racionales. La clave es la credibilidad. 

Un estudio de la Universidad de Alicante analiza el rol de las emociones en la aceptación de políticas públicas. En concreto, los profesores del Departamento de Marketing de la UA Carla Rodríguez y Franco Sancho, junto a expertos de la University College de Dublín, han analizado uno de los procesos que más polémica ha despertado en la sociedad irlandesa: la introducción de una nueva tasa de agua (water charges) por parte del gobierno en el año 2015. Este hecho dio lugar a una de las más importantes protestas ciudadanas registradas en Irlanda, tanto que el gobierno eliminó el impuesto un año después.

Los resultados del trabajo han sido publicados en la revista científica British Journal of Social Psychology y en el periódico de mayor tirada de Reino Unido, en The Times.

Las principales conclusiones de este estudio exploratorio confirman que las emociones, principalmente negativas, influyen mucho más en la aceptación (o rechazo) de la política pública que los argumentos racionales, en este caso análisis de los riesgo y beneficios percibidos de la introducción de dicha tasa de agua. De todas las emociones positivas y negativas analizadas, la ira es la que tiene una mayor influencia.

Cuanto menor es la confianza en el gobierno, mayores son las emociones negativas respecto a la introducción de la nueva política

“Se concluye que estas emociones venían influidas por la confianza general de las personas en el gobierno. Así, cuanto menor era la confianza en el gobierno, mayores eran las emociones negativas respecto a la introducción de la nueva política, y menor la aceptación de la política y viceversa”, explica la investigadora principal del estudio, Carla Rodríguez.

Generalmente la introducción de nuevas políticas puede provocar fuertes reacciones emocionales por parte del público. Sin embargo, la investigación sociopsicológica ha prestado poca atención a los determinantes afectivos de la aceptación de políticas a nivel individual.

Sobre la base de los avances teóricos y empíricos recientes en torno a las emociones y la toma de decisiones, los investigadores de la UA han evaluado cómo la confianza de las personas en el gobierno y las emociones integrales funcionan como antecedentes importantes de las evaluaciones cognitivas y la posterior aceptación de las políticas. “En una muestra de 505 ciudadanos irlandeses sujetos a la introducción de la tasa del agua las emociones fueron influenciadas por la confianza general de las personas en el gobierno”, apunta Rodríguez.

 

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