Podría actuar como un amortiguador | 03 ABR 18

Un nuevo órgano: el intersticio humano

El intersticio humano ha pasado desapercibido hasta ahora por estar formado de cavidades que no se pueden observar en el laboratorio

Investigadores de la Escuela Universitaria de Medicina de Nueva York (EE UU) han identificado un componente previamente desconocido del cuerpo humano que clasifican como un órgano nuevo. El intersticio, como se llama, es una red de cavidades rellenas de líquido que yace bajo la piel y recubre muchos otros órganos. Hasta ahora se hablaba de un “espacio intersticial” entre las células, pero no de un órgano. Ha pasado desapercibido porque los conductos se vacían y allanan por completo al fijar las muestras anatómicas en láminas de microscopio, dando la impresión de un tejido denso y macizo.

Los científicos sugieren que el intersticio podría actuar como un amortiguador, para evitar que se desgarren los tejidos por el movimiento de los músculos, las vísceras y los vasos sanguíneos. Según describen en la revista Scientific Reports, las cavidades están formadas por una estructura externa de colágeno y elastina, dos proteínas que le confieren resistencia y elasticidad, respectivamente. Además, el líquido que producen las células del intersticio alimenta el sistema linfático, encargado de generar la respuesta inflamatoria y de mantener los glóbulos blancos del sistema inmune.

Este descubrimiento tiene el potencial de impulsar avances dramáticos en medicina

El intersticio se encuentra bajo la piel, entre los músculos y en el revestimiento de los pulmones, de los vasos sanguíneos, del sistema digestivo y del sistema excretor. Al conectar casi todo el cuerpo por oquedades con líquido en movimiento, los científicos creen que puede tener un papel importante en la proliferación del cáncer. Además, los autores del estudio explican que, con la edad, el deterioro de las proteínas que forman la estructura externa de las cavidades puede contribuir a la formación de arrugas en la piel, rigidez de las extremidades y la progresión de fibrosis y enfermedades esclerosas o inflamatorias.

“Este descubrimiento tiene el potencial de impulsar avances dramáticos en medicina, incluida la posibilidad de que tomar muestras del fluido intersticial se convierta en una potente herramienta de diagnóstico”, afirma el autor principal del estudio, Neil Theise, en un comunicado. Junto con la piel, el intersticio es uno de los órganos más grandes del cuerpo.

 

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