Vía de señalización determinante en el desarrollo de disquinesias | 26 ENE 18

Nuevas estrategias para mejorar el tratamiento del Parkinson

Científicos del CONICET estudian los mecanismos moleculares de las disquinesias inducidas por levodopa e identificaron una molécula como posible blanco terapéutico para el tratamiento. Recientemente recibieron un subsidio de la Fundación Michael Fox
Autor/a: María Bocconi CONICET dialoga

En el Laboratorio de Parkinson Experimental del Instituto de Investigaciones Farmacológicas (ININFA, CONICET-UBA), un grupo de investigadores liderados por Juan Ferrario, investigador adjunto del CONICET, estudia mecanismos moleculares para entender por qué la terapia contra el Parkinson produce disquinesias: un efecto secundario  de la L-DOPA o levodopa, la droga que se usa para combatir los daños que produce esta enfermedad neurodegenerativa.

Los efectos secundarios de esta droga consisten en movimientos involuntarios que se producen luego de cierto tiempo –de 5 a 10 años- de tratamiento y desde hace varios años científicos de todo el mundo buscan encontrar algún blanco terapéutico que se sume al tratamiento y evite o reduzca la aparición de este efecto que puede llevar a una mayor incapacidad y disminuye la calidad de vida de los pacientes.

“El tratamiento con levodopa es por el momento, la única terapia indicada y no hay ningún reemplazo a la vista”, asegura  Oscar Gershanik, Neurólogo,  fundador y director del Laboratorio de Parkinson donde trabajan desde hace más de 25 años en entender los efectos celulares y moleculares que produce la terapia con levodopa.

Los investigadores, que recibieron un subsidio de la Fundación Michael Fox para la investigación en Parkinson, recientemente identificaron a la molécula Fyn como un posible blanco terapéutico para reducir las disquinesias inducidas por levodopa. El hallazgo de esta disminución del efecto adverso se observó en ratones que emulan la enfermedad de Parkinson, y carecen el gen que produce esa proteína -una tirosina quinasa-. También comprobaron que el uso de un inhibidor farmacológico de Fyn sería efectivo para reducir la aparición de disquinesias. Los resultados fueron publicados en la revista científica Molecular Neurobiology, y corroboraron que efectivamente esta molécula es intermediaria en el mecanismo de producción de disquinesia y que su modulación farmacológica es potencialmente efectiva.

“Lo atractivo de Fyn es que es un intermediario intracelular de una vía de señalización determinante en el desarrollo de disquinesias. La estrategia que nosotros proponemos es regular dicha vía mediante la inhibición de este modulador”, cuenta Ferrario, quien fue director del trabajo cuyas primeras autoras son Sara Sanz Blasco y Melina Bordone.

“El puntapié inicial para las investigaciones, recuerda Gershanik, fue una resistencia al uso de la L-DOPA en la década del ‘90. En aquel momento se difundía la idea de que este medicamento era tóxico. Entonces nosotros empezamos a hacer una serie de experimentos para evaluar los efectos del tratamiento con levodopa en el cerebro de ratas parkinsonianas y demostramos la ausencia de toxicidad. A partir de ahí, profundizamos y es donde interviene Juan, tratando de identificar cambios a nivel molecular determinados por la levodopa, en una serie de experimentos innovadores que nos permitieron encontrar varias piezas del rompecabezas molecular”.

 

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