Estudio comparativo de ácido valproico y lamotrigina | 07 ENE 18

Convulsiones tónico-clónicas generalizadas idiopáticas

En el tratamiento de la convulsión tónico-clónica generalizada idiopática, el ácido valproico y la lamotrigina constituyen terapias de primera línea; no obstante, al evaluar la eficacia en el control de las crisis convulsivas y su tolerabilidad, el ácido valproico resulta superior
Autor/a: Prakash Giri V, Prakash Giri O, Haque A y colaboradores  Journal of Clinical and Diagnostic Research 10(7):FC01-FC04, Jul 2016

Introducción

El ácido valproico (AVP) es un compuesto químico utilizado en el control de las crisis convulsivas debido a su capacidad para regular el funcionamiento de los canales de sodio dependientes de voltaje y, de esta forma, reducir la duración del potencial de acción y favorecer la inactivación de dichos canales y la repolarización de la membrana. Esta reducción en la despolarización local, sumada a los efectos inhibitorios del AVP sobre los canales de calcio, redundan en una menor liberación de neurotransmisores desde la neurona presináptica y, por ende, disminuyen la propagación de las descargas epileptógenas.

Por otra parte, la lamotrigina (LTG) bloquea la neurotransmisión excitatoria mediada por la unión del glutamato a sus receptores AMPA (ácido alfa-amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazolpropiónico) y promueve la activación de los canales HCN (canales catiónicos activados por hiperpolarización y modulados por nucleótidos cíclicos), los cuales favorecen al estado de reposo de la membrana al inhibir la generación del potencial de acción. Los fármacos tendientes a reducir la hiperexcitabilidad y la actividad sincronizada de las neuronas son utilizados en la terapia de los diferentes tipos de convulsiones.

Estas convulsiones pueden ser provocadas por la hiperexcitabilidad neuronal en una región determinada de la corteza cerebral (focal) o en múltiples áreas corticales en ambos hemisferios cerebrales (generalizada). Asimismo, dichas convulsiones pueden presentarse en diferentes tipos: crisis de ausencia, mioclónicas, atónicas, clónicas, tónicas y tónico-clónicas.

En particular, la convulsión tónico-clónica generalizada (CTCG) idiopática (sin una causa aparente, a diferencia de las secundarias a tumor cerebral, meningitis, encefalitis, accidente cerebrovascular, entre otros) es la más frecuente, su incidencia es similar en ambos sexos y se caracteriza por presentar una primera fase tónica (pérdida del conocimiento, contracción simultánea y súbita de diferentes músculos del cuerpo y rigidez) seguida de una fase clónica (los músculos se contraen y se relajan rápidamente y se observan movimientos cortos y repentinos de la cara y las extremidades).

Si se considera que la epilepsia es una causa significativa de discapacidad, mortalidad, susceptibilidad a experimentar otras afecciones y afecta a 65 millones de personas en el mundo, resulta fundamental evaluar la eficacia de los fármacos utilizados como primera línea de tratamiento, como el AVP y la LTG, en los casos de CTCG idiopática en la población adulta.


Métodos

La población bajo estudio comprendió pacientes (n = 60 [37 hombres y 23 mujeres de la población india], edad comprendida entre 18 y 70 años) que experimentaban CTCG idiopática, diagnosticada en forma reciente, y con 2 o más crisis tónico-clónicas en el pasado año.

Los pacientes que presentaban trastornos psiquiátricos o neurológicos, convulsiones tónico-clónicas secundarias, alteraciones en las funciones renales, hepáticas o cardíacas u otras afecciones que interfirieran con el metabolismo y la excreción de los anticonvulsivos, inadecuada adhesión al tratamiento o que habían utilizado fármacos antiepilépticos en el último año o en forma conjunta con otra droga por períodos extensos, fueron excluidos del estudio.

El grupo 1 (n = 30) fue tratado con AVP en una dosis diaria inicial de 10 mg/kg de peso, la cual fue aumentada en 5 mg/kg/d mg cada 3 días, hasta lograr el control de las convulsiones, la aparición de efectos adversos intolerables o hasta alcanzar la dosis máxima de 30 mg/kg/d.

Por otra parte, el grupo 2 (n = 30) utilizó LTG en dos dosis diarias de 0.5 mg/kg de peso durante 2 semanas y una dosis total diaria de 1 mg/kg de peso en las 2 semanas adicionales (en el período posterior se alcanzó una dosis máxima de 12 mg/kg de peso) hasta lograr el control de las convulsiones o la aparición de efectos adversos intolerables.

 

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