Una artículo polémico y profundo (primera parte) | 11 JUL 16

Uso sistemático del barbijo quirúrgico: ¿cuál es la evidencia científica al respecto?

¿Por qué hacemos siempre lo mismo? ¿Paradigma o Sesgo de Confirmación? El arte de Cortar, Copiar y Pegar. La cultura del “Copy and Paste”
Autor/a: Prof. Dr. Luis del Rio Diez. Servicio de Cirugía del Sanatorio Integrado de la ciudad. (S.I.C.). Cañada de Gómez, Santa Fe, Argentina. 
INDICE:  1. Introduccion y desarrollo | 2. Introduccion y desarrollo | 3. Introduccion y desarrollo
Introduccion y desarrollo

Metodología.

Se procedió a realizar una revisión de la literatura, mundial y nacional que sobre el tema en cuestión existía en las principales bases de datos y ver nivel de evidencia tenían, que grado de recomendación presentaban, pero principalmente mi interés se centró en encontrar CON QUE EVIDENCIA CIENTÍFICA CONTABAN DICHOS TRABAJOS (Guías, Guidelines, Recomendaciones, Directrices, etc.).

Fue así como me encontré con algo que decidí denominar:

“EL ARTE DE CORTAR, COPIAR Y PEGAR. LA CULTURA DEL

En el año 1998, aparece un Proyecto de Directrices para la Prevención de la infección del sitio quirúrgico, en el cual el DEPARTAMENTO DE SALUD Y SERVICIOS HUMANOS (D.H.H.S.) y los CENTROS DE CONTROL Y PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES (C.D.C.), elaboran y presentan un “proyecto” para intentar prevenir las infecciones de los sitios quirúrgicos.  El resumen de este documento expresaba: “Este anuncio es una solicitud de revisión de y hacer comentarios sobre el Proyecto de Directrices para la Prevención de la infección del sitio quirúrgico, 1998. La guía consta de dos partes: Parte 1. “Infección del sitio quirúrgico, Una visión general '' y la parte 2. “Recomendaciones para la Prevención de la Infecciones Quirúrgicas del sitio '', y fue preparado por el Comité Asesor de Control de Prácticas en Infección Hospitalaria (H.I.C.P.A.C.), el Programa Infección Hospitalaria (H.I.P.), el Centro Nacional de Enfermedades Infecciosas (N.C.I.D.), y el C.D.C. El objetivo de este proyecto era “NOTIFICAR” y claramente lo explicita al decir en el documento: “ACCIÓN: Notificación”. 21

En el mismo, y en referencia al uso de la S.F.M. el texto expresa: “Los datos sobre el posible efecto del uso de mascarillas quirúrgicas y el riesgo de I.S.O. son limitados. Sin embargo, hay una fuerte razón teórica para el uso de máscaras quirúrgicas durante todas las operaciones. Algunos estudios tienen evaluado la eficacia de las mascarillas quirúrgicas para reducir el riesgo de I.S.O. y tienen planteado cuestiones relativas costo vs beneficio. Aunque las máscaras quirúrgica son eficaces en la filtración de algunas bacterias, puede que no puedan prevenir completamente el paso de organismos alrededor de los lados y bordes de la máscara. Sin embargo, las mascarillas protegen en la cirugía al equipo de las exposiciones accidentales a sangre (es decir, salpicaduras) y otros fluidos corporales. La O.S.H.A. 22 (Occupational Safety and Health Administration= Administración de seguridad y salud ocupacional) requiere que las máscaras en combinación con los dispositivos de prevención de los ojos, tales como gafas o anteojos con protectores sólidos, o caretas barbilla-longitud, deben ser usados ​​siempre que exista riesgo de salpicaduras, rociado, gotas de sangre u otros materiales potencialmente infecciosos para los ojos, dado que la contaminación de la nariz o la boca puede ser razonablemente prevista.”

Es muy importante que se rescate de este documento, emanado de entidades rectoras a nivel mundial, algunos elementos, a saber:

  1. Se trata de un proyecto
  2. SE EXPLICITA CLARAMENTE QUE LAS EVIDENCIAS (DATOS) QUE RELACIONEN LAS MASCARILLAS QUIRÚRGICAS Y EL RIESGO MAYOR DE I.S.O. ES LIMITADO.
  3. QUE EXISTEN “RAZONES TEÓRICAS” para el uso de las S.F.M.
  4. QUE LAS S.F.M. NO EVITAN EL PASO DE TODOS LOS GÉRMENES
  5. Que aun con el uso de las S.F.M. el aire proveniente de boca o nariz del cirujano puede escaparse.
  6. Que podría proteger al cirujano de salpicaduras en nariz o boca.
  7. Que deberían ser obligatorios los protectores oculares.

En el año 1999, aparece el documento: “GUIDELINE FOR PREVENTION OF SURGICAL SITE INFECTION”,  publicación emanada en conjunto y consenso por: The Hospital Infection Control Practices Advisory Committee, Hospital Infections Program, National Center for Infectious Diseases, Centers for Disease Control and Prevention, Public Health Service y el US Department of Health and Human Services, y que se publicara en el INFECTION CONTROL AND HOSPITAL EPIDEMIOLOGY, de ese año.23

En documento tiene un reporte especial que bajo el nombre de Guideline for Prevention of Surgical Site Infection, 1999, hace recomendaciones, emana guías y habla de Guidelines. Toma para las guías y recomendaciones, la Clasificación de heridas quirúrgicas, de acuerdo al riesgo de infección que las mismas posean.24  Esta clasificación fue realizada por el  Consejo de Investigación de la Academia Nacional de Ciencias de los EE.UU. en el año 1964  y este sistema, con algunas pequeñas modificaciones, es el que se utiliza actualmente y que se transcribe a continuación. 

SURGICAL WOUND CLASSIFICATION

Class I/Clean: CLASE I o HERIDAS LIMPIAS

Class II/Clean-Contaminated: CLASE II o HERIDAS LIMPIAS CONTAMINADAS

Class III/Contaminated: CLASE III o HERIDAS CONTAMINDAS

Class IV/Dirty-Infected: CLASE IV o HERIDAS SUCIAS

Respecto a las S.F.M. las “GUIDELINE FOR PREVENTION OF SURGICAL SITE INFECTION” del año 1999 expresan:

“El uso de máscaras quirúrgicas durante las operaciones para prevenir potencialmente la contaminación microbiana de las incisiones es una tradición quirúrgica de larga data. Sin embargo, algunos estudios han suscitado dudas sobre la eficacia y la relación coste-beneficio de las máscaras quirúrgicas para reducir este riesgo. Sin embargo, una máscara puede ser beneficiosa ya que protege al usuario de nariz y boca de las exposiciones accidentales (es decir, salpicaduras) de sangre y otros fluidos corporales.

     Este documento que bajo el título: “GUIDELINE FOR PREVENTION OF SURGICAL SITE INFECTION” del año 1999, copia textualmente lo vertido en el PROYECTO DE DIRECTRICES PARA LA PREVENCIÓN DE LA INFECCIÓN DEL SITIO QUIRÚRGICO, del DEPARTAMENTO DE SALUD Y SERVICIOS HUMANOS (D.H.H.S.) y los CENTROS DE CONTROL Y PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES (C.D.C.), que apareciera un año antes año 1998. He aquí un primer ejemplo de “Cut, Copy and paste”. Pero lo que realmente es alarmante, es el hecho que como demostraré luego, este documento, se transformó en el punto de referencia y guía de casi todos los artículos, papers, guidelines, guías y recomendaciones que aparecerían a posteriori, los cuales se dedicaron a Cortar, Copiar y Pegar  casi “textualmente” lo vertido en el mismo.

En nuestro medio, luego de esta publicación y tomando el proyecto D.H.H.s. y C.D.C. del año 1998 y las recomendaciones del C.D.C. del año 1999, la A.D.E.Ci. (Asociacion de Enfermeras en Control de Infecciones) emanan un documento bajo el título de: Normas para la Prevención de Infecciones del Sitio Quirúrgico (I.S.Q.). 

Primera Parte: “Control de Infecciones en el preoperatorio e intraoperatorio” y Segunda Parte se toca el tema: “Control de Infecciones en el post operatorio”.  

Este documento fue elaborado por el Comité de Normas Revisión y redacción inicial: Lic. Elena Andión ECI del Hospital J.P. Garrahan.  Revisores finales Comité de normas / ADECI Coordinadora: Lic. Stella Maimone. Equipo de redacción: Lic. Elena Andión, Mirta Carbonaro, Stella Laugas, Mónica Zusbiaurre  y publicado en la  Revista Visión. Vol. 3 - Nº 12 Junio 1998 y Vol. 4- Nº 13 Mayo 1999.25

Es muy interesante ver que en este articulo, la A.D.E.C.I. comienza manifestando que:

“Las recomendaciones se categorizan en virtud a la disponibilidad de los datos científicos existentes, las investigaciones teórico - científicas realizadas al efecto, su aplicabilidad y su posible impacto económico. Debido a que existen medidas controvertidas en este tema, nos pareció criterioso adaptar la categorización utilizada por el C.D.C. (Centers for Disease Control - Atlanta, Estados Unidos)” y transcribe las diferentes categorías que este Centro toma, para cada una de sus recomendaciones, tomando en cuenta la evidencia disponible. Así vemos que:

  • CATEGORÍA A 
    Es una recomendación (o medida de prevención y control) que está indicada para todos los hospitales, porque está fuertemente sustentada en estudios experimentales epidemiológicos científicamente realizados.
  • CATEGORÍA B 
    Es una recomendación (o medida de prevención y control) que está indicada para todos los hospitales, debido a una efectiva aceptación por parte de expertos en ese campo y el consenso del Comité Revisor de Normas de A.D.E.C.I. (Asociación Argentina de Enfermeros en Control de Infecciones). Además, aunque los estudios científicos definitivos aún no hayan sido realizados, se sustentan en fuertes evidencias.
  • CATEGORÍA C 
    Es una recomendación (o medida de prevención y control) que, indicada para ser implementada en algunos hospitales, está fundada en estudios clínicos sugestivos o estudios epidemiológicos. Tiene fuertes bases teórico – científicas, pero los estudios definieron que son sólo aplicables en algunos hospitales pero no en todos.
  • CATEGORÍA D 
    No son recomendables, ya que las prácticas no cuentan con suficiente evidencia o carecen del consenso necesario para atestiguar su eficacia; o bien, su eficacia no ha podido ser demostrada fehacientemente.

Esta categorización es muy importante al momento de evaluar el contenido de las Normas para la Prevención de Infecciones del Sitio Quirúrgico (I.S.Q.) (todavía no se había cambiado el nombre por I.S.O.) que aparecen en el documento de la A.D.E.C.I., como así también a la hora de ver como en el mismo, se COPIAN DE FORMA LITERAL Y CASI  TEXTUALMENTE, las expresiones de los documentos de los años 1998 y 1999 mencionados anteriormente y provenientes de los EE.UU.

Las normas publicadas por la A.D.E.C.I., respecto a las S.F.M. (barbijos), en el párrafo concerniente a “VESTIMENTA QUIRÚRGICA” dice lo siguiente:

  • Si los instrumentos estériles estuvieran expuestos o la cirugía está próxima a comenzar, al ingresar a la sala de operaciones, el personal debe colocarse barbijos quirúrgico que cubran totalmente la boca y la nariz. Usarlos durante toda la operación. CATEGORÍA B 

Y más adelante y respecto a las S.F.M. o barbijos expresa:

Los datos que demuestran el posible efecto protector del uso de máscaras o barbijos quirúrgicos en relación con el riesgo de I.S.Q., son limitados. Sin embargo, existe una fundada presunción que indica la necesidad de usar barbijos quirúrgicos siempre”…. Deben ser descartables y de buena calidad. No obstante cabe recordar que la trama de los barbijos de tela permite el pasaje de microorganismos hacia el campo quirúrgico, por lo que no protege al operador del contacto con salpicaduras accidentales que pueden ser absorbidas por la tela, generalmente algodón. Por ello, deben estar confeccionados con tres capas, triple tableado y tiras ubicadas en forma vertical, hacia arriba y hacia abajo: las dos tiras superiores se atan en la parte superior de la cabeza y las dos tiras inferiores a la altura de la nuca. Al sujetar el barbijo, las tiras ubicadas en posición horizontal (hacia los costados) permiten que se formen ángulos que favorecen la expulsión de microorganismos del personal hacia el campo quirúrgico y a su vez exponen al operador al contacto con salpicaduras accidentales. Obviamente, entonces, se debe hablar lo menos posible y no masticar chicles o caramelos. Estas acciones producen mayor humedad en los barbijos, induciendo así a una mayor filtración de gérmenes hacia el paciente.  En todos los casos, los barbijos se desecharán después de cada cirugía, utilizándose uno nuevo para cada una ellas, ya que el barbijo constituye una barrera eficaz pero tiene un tiempo limitado de uso. En el mercado se consiguen barbijos de tipo cónico que se sujetan por medio de una banda elástica en la parte posterior de la cabeza y permiten, en algunas personas, un mejor ajuste (a los costados de la cara) y un mayor confort. Sin embargo, antes de su adquisición se debe tener en cuenta que no todos estos barbijos son impermeables a los líquidos, por lo que la calidad y los materiales empleados en su confección deben ser evaluados cuidadosamente. Por otra parte, habiendo un único tamaño, es lógico suponer que no siempre se adaptan a todos los tipos de rostros. También existen en el mercado barbijos que cuentan con protección ocular simultánea. Son barbijos con el agregado superior de materiales plásticos transparentes y su objetivo es brindar una protección total a la cara, previniendo el impacto directo de salpicaduras u aerosoles. Esto puede lograrse también combinando el uso de barbijos con antiparras o protectores oculares, que se presentan en forma separada. Esta forma de uso combinado de ambos elementos de bioseguridad - barbijo y antiparras - es la más aceptada en nuestro país”.

 

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