Nuevos ejemplos, barreras y maneras de pensar diferentes | 02 MAR 15

La obesidad en el mundo: ¿hacia dónde vamos?

El problema de la obesidad se debe replantear para aceptar que por un lado que los individuos son responsables de su salud, pero que, por el otro, factores del entorno explotan las vulnerabilidades biológicas, psicológicas, sociales y económicas que promueven el consumo excesivo de comidas poco saludables.

Resumen

Ningún país ha podido lograr hasta ahora el retroceso de la epidemia de obesidad. En este artículo, los autores repasan varias acciones efectuadas en distintos países contra la obesidad y analizan algunos de los motivos para el escaso progreso en el tema. Aunque se admite que se trata de una cuestión compleja, muchos de los debates sobre sus causas y soluciones se basan sobre dicotomías demasiado simples, tales como: causas de obesidad individuales versus causas ambientales, responsabilidades personales versus responsabilidades colectivas, suministro versus demanda como explicaciones del consumo de comida poco saludable, regulación gubernamental versus autoregulación de la industria, tratamiento versus prevención, etc.

Los autores llegan a la conclusión de que las personas son responsables de su salud, pero que factores del entorno debilitan la capacidad de los individuos de actuar según sus intereses. Proponen replantear la obesidad, destacando la naturaleza recíproca de la interacción entre el contexto y el individuo. Para avanzar en este tema son necesarias acciones legislativas y mayor esfuerzo de la industria y la sociedad civil.


Introducción

El sobrepeso y la obesidad aumentaron en todo el mundo. En 2010, el aumento del índice de masa corporal (IMC) fue responsable de alrededor de 2,8 millones de muertes por año.

En la primera de las series deI Lancet sobre obesidad, publicada en 2011, la globalización de los sistemas alimentarios que promueven el sobreconsumo de bebidas y alimentos hipercalóricos y con pocos nutrientes se identificó como la mayor causa de la pandemia de obesidad. En ese momento se destacó la necesidad de acción urgente.

Un paso importante fue la adopción en 2013 del Plan de Acción Mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles de la OMS 2013–2020 y el Marco Mundial de vigilancia de las enfermedades no transmisibles que lo acompaña. Este marco incluye objetivos para la obesidad para adultos y adolescentes e indicadores recomendados para seguir los progresos. El objetivo para la obesidad parece modesto, ya que es sólo un aumento cero de la prevalencia desde 2010 hasta 2025. El plan de la OMS para la alimentación de lactantes y niños pequeños y la nutrición materna también habla de un aumento cero de la prevalencia de niños con sobrepeso. Sin embargo, lograr este objetivo aparentemente modesto es uno de los mayores desafíos.

"Hasta ahora ningún país ha podido conseguir el retroceso de la epidemia de obesidad"

La primera Serie de la revista The Lancet sobre este tema explicaba los motivos del aumento de la obesidad, las proyecciones para el futuro y las acciones específicas necesarias para que la tendencia retrocediera. La Serie del Lancet de la que forma parte este trabajo identifica las zonas de progreso en todo el mundo, analiza de manera más profunda y sistémica aspectos clave de la obesidad a fin de identificar las barreras que impiden el progreso y propone nuevas maneras de acelerarlo.

Aunque se admite que la obesidad es una cuestión compleja, muchos de los debates sobre sus causas y soluciones se basan sobre dicotomías demasiado simplistas. Algunos ejemplos de estas dicotomías son: causas de obesidad individuales versus causas ambientales, responsabilidades personales versus responsabilidades colectivas, suministro versus demanda como explicaciones del consumo de comida poco saludable, regulación gubernamental versus autorregulación de la industria, tratamiento versus prevención, etc.

Acciones mundiales contra la obesidad

Hay motivos para ser optimistas sobre el futuro de la prevención de la obesidad, porque muchos países aumentaron sus acciones contra la alimentación poco saludable. El 89% de los gobiernos informan que tienen unidades dedicadas a reducir las enfermedades no transmisibles (incluida la obesidad). Se efectuaron varias declaraciones regionales y políticas de compromiso con la acción, como la Declaración de Puerto España en 2007 por los jefes de gobierno de la Comunidad del Caribe, la Conferencia Panamericana sobre obesidad en Aruba en 2011, la Conferencia Ministerial Europea de la OMS en 2006 sobre obesidad en Turquía y el encuentro de Ministros de Salud del Pacífico en 2013 en Apia, Samoa. La mayoría de los países tienen actualmente alguna estrategia o plan de acción para combatir la obesidad o para la alimentación saludable.

Hay consenso sobre las acciones básicas para promover la alimentación saludable. Estas políticas se recolectaron en el marco NOURISHING, creado por el World Cancer Research Fund International. Allí se identifican tres amplios dominios que cubren diez áreas en las que se pueden efectuar acciones y políticas:

  • El entorno de la alimentación (eg, el etiquetado que informa sobre los factores nutritivos).
  • Los enfoques económicos como los impuestos o los susidios a los alimentos
  • La limitación a las propagandas sobre alimentos)
  • El sistema alimentario (eg, fomento de conductas saludables)
  • La comunicación sobre cambios de conducta (eg, visitas de cuidados sanitarios, intervenciones de consejería sobre nutrición y campañas de concientización).

Las diez áreas del marco NOURISHING se pueden adaptar a los diferentes contextos geográficos del mundo. Esta herramienta también proporciona una estructura para clasificar y monitorear las políticas en todo el mundo.

A continuación se mencionan una serie de acciones llevadas a cabo a través de los tres dominios clave del marco NOURISHING.

Acciones sobre el entorno alimentario

Por lo menos 50 países actualmente exigen etiquetado con información nutritiva en la mayoría de los alimentos envasados. México implementó impuestos para las bebidas azucaradas y otros “alimentos chatarra” y muchos países están procurando cobrar impuestos a este tipo de bebidas a fin de combatir tanto la obesidad como las caries. Corea del sur y el Reino Unido (RU) impusieron restricciones a la propaganda televisiva de alimentos hipercalóricos y poco nutritivos para niños. La ciudad de Nueva York ha sido líder en la prevención de la obesidad mediante una amplia gama de políticas para mejorar la alimentación y la actividad física, promover conductas saludables y mejorar los servicios preventivos.

Otras políticas públicas se centraron sobre las escuelas. Por ejemplo, el gobierno de México implementó regulaciones para mejorar la disponibilidad y la accesibilidad de alimentos saludables en la escuela. En los EEUU, se mejoraron los estándares de nutrición de las comidas escolares, los niños disponen de agua durante las comidas, se aumentaron la cantidad y los tipos de frutas y verduras que se sirven y se disminuyó el contenido de grasa total y de grasa saturada de las comidas.

También hay ejemplos de acciones que proporcionan incentivos económicos para que las empresas fomenten la salud pública al mismo tiempo que fomentan y recompensan la innovación del sector privado. Por ejemplo, empresas filantrópicas privadas se asociaron con agencias gubernamentales para incentivar mejoras en los sectores minoristas financiando iniciativas alimentarias saludables en varias ciudades de los EEUU.

Acciones sobre el sistema alimentario

Los gobiernos están fomentando acciones a través de todo el sistema alimentario. En Australia del sur se implementó un enfoque de salud en todas las políticas, que subraya que la mejor manera de lograr los objetivos gubernamentales para una población sana es que todos los sectores incluyan la salud y el bienestar como componente clave de sus políticas.

Los procesos de planeamiento del uso de la tierra están siendo integrados con objetivos de salud pública para tratar cuestiones como la obesidad y otros trastornos crónicos. Los gobiernos están empleando estos procesos de planeamiento para exigir que los nuevos proyectos comerciales y de vivienda adhieran a recomendaciones sobre actividad física, aumenten el acceso a comercios de alimentos saludables, así como a la actividad física a través de sendas para ciclistas, espacios verdes, etc. Sudáfrica adoptó un plan estratégico para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles que incluye un marco de salud en todas las políticas públicas.

Además, muchos gobiernos crearon políticas de abastecimiento con estándares de nutrición modelo para los comedores de los lugares de trabajo, los kioscos, las escuelas, los hospitales, las cárceles y los institutos geriátricos.

Durante el gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva, Brasil cambió las políticas de abastecimiento a fin de favorecer la adquisición de alimentos frescos, no procesados, producidos localmente, (arroz, porotos, verduras y frutas) para más de 45 millones de niños del sistema de educación pública. El programa apoya los emprendimientos familiares y las cooperativas al exigir que por lo menos el 30% de todos los alimentos suministrados a las escuelas provengan de productores locales. La estrategia se adoptó también en países de África, entre ellos Etiopía, Malawi, Mozambique, Nigeria y Senegal.

A fin de promover cambios en el suministro de alimentos que promuevan la salud, muchos gobiernos crearon iniciativas conjuntas con la industria alimentaria, como la US White House Task Force on Childhood Obesity, creada en conjunto con la iniciativa de Michelle Obama Let’s Move. Como parte de estos esfuerzos, las empresas se comprometieron a mejorar la calidad nutricional y reducir el contenido de calorías y sodio de los componentes del menú escolar. Además, a través de la Healthy Weight Commitment Foundation, un grupo de los más importantes fabricantes de alimentos está realizando acciones para cumplir con su compromiso de disminuir 1,5 trillones de calorías de sus productos al término de 2015.

Desde su lanzamiento en 2011, el Public Health Responsibility Deal en el RU también motivó una serie de compromisos y acciones de las empresas de alimentación. (etiquetado con el contenido nutritivo en los envases, reducción de calorías).

Acciones para el cambio de conductas

Hay varios ejemplos de estrategias comunicacionales para el cambio de conductas.

China centró sus esfuerzos en la creación y la promulgación de recomendaciones, entre ellas recomendaciones para el control y la prevención del sobrepeso y la obesidad en adultos. El gobierno también lanzó algunas campañas, principalmente la Estrategia de acción para la salud de “diez mil pasos por día, equilibrio entre comida y actividad y vida sana” en 2007. En un relevamiento de la OMS, 23 países latinoamericanos informaron sobre programas relacionados con recomendaciones sobre alimentos, recomendaciones nutricionales en atención primaria y campañas de salud.

 

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