Las canciones de cuna ayudan a los prematuros enfermos

NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio sugiere que cantar canciones de cuna o reproducir sonidos como los uterinos en la unidad de terapia intensiva neonatal (UTIN) ayudaría a reducir la frecuencia cardíaca y mejoraría el sueño y la alimentación de los bebés prematuros.

 

Un equipo halló que los bebés con Insuficiencia respiratoria o sepsis tendían a mejorar cuando escuchaban a sus padres cantándoles para dormir o sonidos que imitaban los latidos maternos o el líquido uterino.

 

"Estamos aprendiendo de la literatura y los estudios como éste que los prematuros no necesariamente crecen mejor aislados en una incubadora", dijo Joanne Loewy, directora del Centro de Música y Medicina Louis Armstrong del Centro Médico Beth Israel, Nueva York.

 

"La función neurológica puede mejorar con música; los signos vitales pueden mejorar con sonidos interactivos y musicoterapia", agregó.

 

Su estudio incluyó a 272 prematuros tratados en 11 UTIN con musicoterapeutas.

 

En distintos momentos durante dos semanas, los padres les cantaron a los bebés o los terapeutas usaron uno de dos dispositivos para simular los sonidos uterinos durante 10 minutos.

 

El equipo de Loewy comparó los signos vitales, la alimentación y el sueño de los prematuros en esos períodos versus períodos de menos ruido.

 

Los autores hallaron que la frecuencia cardíaca de los bebés disminuyó uno o dos latidos por minuto mientras escuchaban la canción de cuna y los sonidos similares a los latidos y la vida uterina.

 

"Cantarle a un bebé es muy importante porque representa familiaridad: el bebé ya escucha la voz de la madre y el padre a las 16 semanas -dijo Loewy-, más la melodía y el ritmo de una canción".

 

La frecuencia de la succión se aceleró en especial con los sonidos de los latidos maternos y mejoró de manera prolongada los patrones del sueño que están asociados con los sonidos del líquido uterino, según publica el equipo en Pediatrics.

 

En el estudio no hubo bebés expuestos únicamente al silencio o un nivel de conversación suave en la UTIN, de modo que los autores no pueden decir cómo esos prematuros podrían haberse comparado con un grupo de bebés expuestos al silencio, sino sólo que mejoraban mientras escuchaban música.

 

Los autores aseguran que los padres podrían replicar los sonidos utilizados en las UTIN sin ayuda de un musicoterapeuta, si no está disponible. Loewy y su equipo insistieron en que los padres deberían cantarles a sus bebés canciones relevantes para la familia y su cultura, lo que también les aliviará el estrés.