La radiografía de la pandemia | 27 JUL 12

En 2009 hubo 84 muertos por Gripe A en Santa Fe

Por qué murieron tantas personas en la provincia. La mayoría de los fallecidos tenía entre 20 y 60 años. Hubo en total 8.500 enfermos.

Por Florencia O'Keeffe / La Capital

El brote de gripe A en la Argentina, en el invierno de 2009, dejó 84 muertos en Santa Fe, La Capital accedió a un informe del Ministerio de Salud provincial que brinda precisiones sobre los casos fatales. Los datos fueron obtenidos gracias a un estudio que encargó la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y que fue llevado a cabo por profesionales locales.
 
Después de que se analizaron una por una las historias clínicas de los fallecidos hoy se sabe que la mayoría tenía entre 20 y 60 años, ubicándose la mayor cantidad de decesos en la franja de 50 a 59 años. El segundo y tercer grupo correspondió a personas de entre 30 y 40 años, y niños menores de 10. Casi todos los muertos (79 personas) tenían factores de riesgo: enfermedades respiratorias crónicas, cardiopatías, obesidad o inmunodepresión. No hubo diferencias significativas por sexo.
 La Dirección de Promoción de la Salud de la provincia, destacó oportunamente que ese trabajo brindó información valiosa para saber qué pasó realmente en aquel año del crítico escenario que se vivió en todo el país y particularmente en Santa Fe durante los meses de junio y julio. Sirve para “mostrar la verdad de lo que pasó, y ayuda a hacer aún más transparente todo el proceso y desterrar las dudas que aún pueden subsistir en la población”, señalaron funcionarios que elaboraron el trabajo.
 
Momento crítico
 
En todo el territorio provincial se registraron 8.500 casos de gripe A durante la pandemia. El primero de los fallecimientos se produjo a fines de junio, justamente en la semana en la que se registró el pico máximo de contagios.

 Como el primero de los decesos correspondió a una embarazada, por aquellos días se puso especial atención en este grupo, al punto que fueron las primeras en gozar de la licencia laboral en instituciones públicas, medida a la que adhirieron la mayoría de las empresas privadas. “Aunque el impacto que esta noticia causó en su momento fue enorme, lo cierto es que fueron 3 mujeres —entre embarazadas y puérperas— las que fallecieron por gripe A, entre 371 casos positivos confirmados en este segmento”.

 Respecto de los menores de 10 años, que fueron los primeros afectados por el virus (de allí que se haya tomado la decisión de cerrar las escuelas para frenar los contagios), se llegó a la conclusión de que no formaron parte del grupo más importante de fallecidos, según el informe.

 “Si dividimos la cantidad de fallecidos en segmentos de a 10 años de edad, en cada franja hubo casos fatales, pero el mayor número se dio entre los que tenían entre 50 y 59 años, seguidos por los de entre 30 y 40, y muy de cerca por los de menos de 10”, informaron.
 
De riesgo
 
No quedan dudas de que la mayoría de los muertos tenía alguna enfermedad de base que complicó el pronóstico: “Sólo en 5 personas no pudimos identificar problemas de salud previos. En todos los demás había uno o más factores de riesgo como enfermedad respiratoria crónica, inmunodepresión (por ejemplo pacientes con VIH), cardiopatías u obesidad”.

 Por eso, este año, el plan de vacunación antigripal apuntó a quienes integran este segmento de la población. En Santa Fe se llegó a más del 90% de inoculaciones de personas en grupos de riesgo.
 
Llegar tarde

Otro dato significativo es que 6 de cada 10 fallecidos había llegado a la consulta médica a los 3 días de iniciados los síntomas gripales, y 4 de cada 10, después del día 4. “La concurrencia al centro de salud hasta 3 jornadas después de aparecidos los síntomas puede leerse como aceptable, 4 días ya es mucho”, explicó el médico.

 La demora pudo haber sido una de las causas de peso para que se produjeran los fallecimientos. “Muchos de estos pacientes llegaron al hospital con problemas respiratorios de jerarquía, y casi todos requirieron asistencia mecánica respiratoria (respirador)”.

 Respecto de la hipótesis que circuló durante la pandemia de que el H1N1 era un virus más agresivo que el de la gripe estacional (o gripe común como se denominó popularmente)“todo indica que no fue así”. El gran impacto que la gripe A causó en el 2009 tuvo que ver con las características de la situación: una pandemia desconocida que obligó a tomar medidas inéditas y el hecho de que afectara a gente joven y no a los ancianos como los virus habituales.

 

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