Debaten un nuevo perfil profesional | 22 JUL 12

La formación de los médicos, en tela de juicio

"Es preocupante que haya poca vocación por la formación médica continua y la validación..."

Por Nora Bär

Los pacientes se quejan, las universidades se cuestionan, los organismos del Estado revisan sus políticas y hasta los propios médicos expresan una sensación de promesas incumplidas: mientras el cuidado de la salud escala posiciones entre las preocupaciones individuales en la Argentina de hoy, la formación de los recursos humanos del sistema sanitario está cada vez más en tela de juicio.

Aunque el diagnóstico sobre la calidad de la formación de los más de 5400 médicos que anualmente egresan de las 32 facultades de medicina que existen en el país varía de acuerdo con apreciaciones personales, existe una sugestiva coincidencia en que es imperioso mejorarla y adaptarla a las necesidades de un escenario cambiante.

Esta inquietud se respira en el ambiente y hasta impulsó la creación de un foro de facultades públicas de medicina (donde se gradúa el 85% de los médicos) para discutir el perfil del profesional que se impone desarrollar en el siglo XXI.

"Hay una crisis por el ritmo acelerado de las innovaciones, por los cambios en el conocimiento y en las enfermedades -dice el ex ministro Ginés González García, que junto con Claudia Madies y Mariano Fontela acaba de presentar el libro Médicos, la salud de una profesión (Ediciones Isalud iRojo Editores, 2012)-. Antes uno tenía que enfrentarse con algo que se curaba en una semana o el paciente se moría. Hoy predominan las enfermedades crónicas y hay que cuidar a ese paciente durante veinte años. Durante mucho tiempo pensamos en la reforma organizativa de los sistemas de salud (que es importante, pero no es central). Creo que nos equivocamos. Nos olvidamos de la gente que está adentro. La Argentina no necesita más médicos, sino mejores médicos."

Para el secretario de Políticas, Regulación e Institutos del Ministerio de Salud de la Nación, Gabriel Yedlin, nuestros médicos son "buenos" y "por eso son apreciados internacionalmente", para el doctor Gerardo Bozovich, director médico de la Fundación Favaloro, la excelencia de la medicina argentina "es un mito hasta que se demuestre lo contrario".

"Es preocupante que haya poca vocación por la formación médica continua y la validación a lo largo de décadas de actuación profesional -dice Bozovich-. Hay que someterse al juicio de los pares. El médico debería sentir el estímulo de «recertificarse», pero como no es obligatorio y no le afecta la remuneración ni el acceso al trabajo..."

La recertificación exige realizar actividades académicas o de investigación (por las que se obtiene un puntaje que se suma durante cinco años) o dar un examen para revalidar conocimientos ante el comité ad hoc de la Asociación Médica Argentina. "Sin embargo, los médicos que cumplen con ese procedimiento apenas rondan el 30%", dice Bozovich.

Entre otras, una de las principales preocupaciones que agitan las aguas, aquí y en otros países, es la rigidez de las tradiciones y de las organizaciones médicas. "La generación que hoy dirige las instituciones educativas y de salud se formó en el hospital y con el paciente internado -dice Mario Turin, director del Instituto Universitario Cemic, donde anualmente se entrenan 35 residentes en 16 especialidades-. Sin embargo, hoy es necesario un enfoque preventivo, basado en el control de los factores de riesgo. Otro desafío es lograr que los estudiantes participen en la medicina comunitaria, tanto en el grado como en el posgrado: ya no pueden esperar al paciente en el consultorio, tienen que salir, estar expuestos a otras realidades."

Cambios sociales

Si es cierto que la sociedad cambió más rápido que los programas universitarios, también lo es que variaron los marcos institucionales en los que los médicos se desempeñan, y que esto exige una profunda transformación cultural. "Tenemos que avanzar hacia un modelo de «equipo de salud» -dice Yedlin-. Hay muchas tareas que tradicionalmente realiza el médico, pero que podrían ser cumplidas por enfermeras u otros especialistas. Pero para esto, el médico tiene que desplazarse del lugar central que siempre detentó."

En la ecuación del entrenamiento, otro de los términos que se considera vital resolver es el acceso a las residencias hospitalarias.

Considerado el "gold standard" en la formación de los profesionales de la salud, en la Argentina su oferta es deficitaria y la demanda, muy desigual según las zonas. El Ministerio de Salud de la Nación ofrece 2570 cargos en todos los años de residencia (que varían entre tres y cinco). Para valorar los sesgos de distribución, baste con mencionar que en la ciudad de Buenos Aires se ofrecen este año 850 cargos... ¡para 6000 postulantes!

 

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