Seguridad infantil en el coche | 20 ABR 11

Los pasajeros más frágiles

Los accidentes son la primera causa de mortalidad en niños de 4 a 14 años. El 40% de los fallecidos no utilizaba un dispositivo de retención infantil. Las sillas y los alzadores reducen en un 70% el riesgo de sufrir lesiones graves.

Laura Tardón | Gracia Pablos (infografía) | Madrid

Por increíbles que parezcan las cifras, cada seis días muere un niño por accidente de tráfico. En 2009, perdieron la vida en España 60 menores, 37 de ellos iban de pasajeros (22 de peatones, y uno conducía un ciclomotor). Lo peor es que cerca del 40% de los casos se podría haber evitado. No llevaban ningún sistema de retención infantil en el coche, a pesar de estar demostrado que reducen en un 40% el riesgo de morir y en un 70% las posibilidades de sufrir lesiones graves. ¿Cuál es el problema?

Según los expertos, la gran mayoría de los padres (90%) dispone de sillas, alzadores y cinturones, sin embargo, no siempre los utilizan y a veces no tienen muy clara la metodología en aspectos, por ejemplo, como la posición de las sillas: ¿Mejor mirando hacia adelante o en sentido contrario a la marcha?

La Academia Americana de Pediatría de EEUU apuesta por que "los bebés estén colocados mirando en el sentido contrario al menos hasta los dos años, siempre que su tamaño lo permita". Así lo afirma en un artículo publicado recientemente en la revista 'Pediatrics'.

Esta posición "crea una especie de habitáculo de protección, resguarda mejor la cabeza, el cuello y la columna del bebé", argumenta Juan Carlos González Luque, asesor médico de la Dirección General de Tráfico (DGT) y miembro del Comité de Seguridad y Prevención de lesiones de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Por esta razón, y en la misma línea que los pediatras americanos, el doctor González Luque asegura que "lo mejor es mantener al bebé el mayor tiempo posible en contra de la marcha (independientemente de la edad), hasta que el volumen del pequeño ya no lo permita, bien porque tenga que ir con las piernas encogidas o su cabeza sobresalga del respaldo, por ejemplo".

Cambiar de dispositivo, un premio

Aunque las recomendaciones oficiales, a modo de orientación, señalan edades para ir cambiando de dispositivo, las reglas no son tan estrictas, depende de cada caso. Lo que ocurre, tal y como refleja el artículo de 'Pediatrics', es que a veces "los padres se empeñan en seguir a rajatabla dichos consejos y pasar cuanto antes todos los niveles".

De alguna manera, el cambio de un dispositivo a otro se ha convertido en una especie de 'premio' al niño y la perspectiva debe ser otra. "Proporcionar seguridad a los niños hasta que puedan utilizar el cinturón de seguridad para adultos (a partir de los 12 años, siempre que su estatura iguale o supere los 145 milímetros) y esto sólo se consigue con los dispositivos de retención", asevera González Luque.

La clave está en tenerlos y también manejarlos correctamente. Según estadísticas internacionales, apunta el pediatra, "hasta un 70% de los menores con este tipo de sistemas no los lleva de forma adecuada y son básicos para salvar su vida y reducir lesiones".

 

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