La clave es una hormona | 17 MAR 11

La mecha del esperma

La progesterona activa los gametos uniéndose a un canal de iones. Esta reacción propicia que el esperma se vuelva activo y capaz de fecundar.

Cristina de Martos | Madrid

En las clases de biología se ha representado con cierta frecuencia el momento de la fecundación como una batalla entre los espermatozoides y el óvulo en la cual uno de los gametos masculinos, el vencedor, lograba penetrar en el interior del ovocito. Pero a esta visión algo machista de la reproducción le quedan pocos argumentos ya que esta 'victoria' es imposible si las células femeninas no espolean al esperma segregando una hormona, la progesterona.

Entre 60 y 300 millones de espermatozoides llegan al tracto genital femenino después de una eyaculación. De ellos, sólo 250 alcanzarán el óvulo. El viaje de estos pequeños gametos -miden unas 50 micras- es difícil y su éxito final depende de la capacitación, un proceso que comprende los fenómenos imprescindibles para que se produzca la fecundación.

"Cuando los espermatozoides salen del eyaculado, no tienen capacidad funcional. Ésta la obtienen en el tracto femenino, donde se van seleccionando. Los 'mejores', con mayor movilidad, se van capacitando", ha explicado a ELMUNDO.es Alberto Pacheco, director del Laboratorio de Andrología del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) en Madrid.

La hiperactivación y la reacción acrosomal son dos de estos sucesos, y "sabíamos que la progesterona tiene una función importante, pero no cómo actuaba", señala Pacheco. También se sabía que la acción de CatSper, un canal de calcio localizado en la parte principal de la cola de los espermatozoides descubierto hace una década, era un elemento clave. ¿Podrían estar relacionados?

 

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