Adaptación a la vida | 04 ENE 11

La otra cara del contacto piel con la piel del bebé

Esta práctica tiene efectos beneficiosos sobre la duración de la lactancia. Estos niños lloran menos, están más tranquilos y más alerta.

Patricia Matey | Madrid

Diego es el segundo hijo de Jenifer y un bebé con suerte porque no lo separaron de su madre al nacer. En el hospital La Paz (Madrid), donde vino al mundo, hace año y medio que 'dejan' que los recién nacidos estén 'piel con piel' con sus mamás durante las dos horas posteriores al parto. Y se agradece. "Es una experiencia única, maravillosa por la que todas las madres que quieran deberían poder pasar", aclara Jenifer, que ha tenido la oportunidad de disfrutar también de esta práctica con su hijo mayor.

La Organización Mundial de la Salud defiende que "lo ideal sería que el contacto temprano piel con piel comience inmediatamente tras el nacimiento, al colocar al recién nacido desnudo en posición decúbito ventral sobre el torso desnudo de la madre. Esta práctica basada en el contacto íntimo en las primeras horas de vida puede facilitar la conducta materno-neonatal y las interacciones a través de estímulos sensoriales como el tacto, el calor y el olor. Además, está considerado un componente importante para el inicio satisfactorio en la lactancia".

Gemma Magadaleno, matrona de La Paz aclara que "afortunadamente estamos volviendo a los orígenes. La separación del hijo de su madre es una práctica reciente, en parte porque se le realizan una serie de exploraciones médicas al neonato. Pero en los últimos años se ha retomado la tendencia a mantener al recién nacido junto a su madre, incluso las pruebas se le practican sin separarlo de ella. Cuando no se puede porque la madre ha pasado por una cesárea o está muy cansada, el contacto se realiza con el padre".

Ponerles piel con piel tiene efectos beneficiosos sobre la duración de la lactancia, la termorregulación del neonato y los vínculos entre madre e hijo. "Además, estos niños lloran menos, están más tranquilos y más alerta", agrega la experta del hospital madrileño.

En pocos centros

Pese a estas evidencias y pese a que la mayoría de los especialistas son defensores acérrimos de esta práctica en bebés sanos y a término, su implantación en los hospitales españoles se está haciendo esperar. Juan Carlos Melchor Marcos, profesor titular de Obstetricia y Ginecología de la Universidad del País Vasco, así lo denuncia en un editorial reciente publicado en 'Progresos de Obstetricia y Ginecología'.

"Su implantación parece ir más lenta de lo que sugieren las recomendaciones, probablemente por temor a que el contacto piel con piel no sea completamente inocuo. De hecho, se han comunicado algunos casos de parada cardiorrespiratoria en recién nacidos a término sanos mientras estaban en esta situación", agrega.

En este sentido, Justino Rodríguez-Alarcón, jefe del Servicio de Medicina Perinatal del Hospital de Cruces (Vizcaya), publica en la misma revista una investigación en la que se han valorado los datos de 208.220 niños nacidos en los últimos 35 años en su centro.

Tal y como aclara a ELMUNDO.es "nosotros creemos firmemente en la necesidad de dejar 'piel con piel' a la madre con su hijo, pero siempre que se den unas circunstancias determinadas, como que el niño sea un bebé a término y sano y que la madre esté despierta y alerta y haya vigilancia". Su llamada de atención surge ante la observación de un aumento "pequeño pero significativo de casos de síndrome de muerte súbita en neonatos", recalca.

 

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