En el ámbito de la medicina familiar | 30 AGO 10

El reconocimiento y el tratamiento de la ansiedad y la depresión

Si bien los médicos de familia desempeñan un papel esencial en el diagnóstico y el tratamiento de la depresión y la ansiedad, se identifican factores asociados con limitaciones en esta función, relacionados con la insuficiente comprensión de la historia natural de estas afecciones
Autor/a: Dres. van Rijswijk E, van Hout H, van Weel C y colaboradores Fuente: SIIC BMC Family Practice 10(52)Jul 2009

Introducción

Se han señalado deficiencias en el cumplimiento de las normas recomendadas para el reconocimiento y el tratamiento de los trastornos de depresión y ansiedad en el ámbito de la medicina familiar (MF). No obstante, las medidas de intervención para mejorar estos aspectos no han logrado dar respuesta a las dificultades que enfrentan los profesionales que practican la MF. Por tal motivo, se ha propuesto llevar a cabo grupos de discusión (GD) para el análisis de esta problemática y la búsqueda de soluciones.

Los trastornos por depresión y ansiedad constituyen las enfermedades relacionadas con la salud mental de mayor prevalencia en la población general. Ambos procesos pueden coexistir y representan un motivo frecuente de consulta en MF. Sin embargo, tanto el subdiagnóstico como el tratamiento subóptimo resultan habituales. Si bien no se dispone de un número apropiado de estudios, la identificación específica de  estos trastornos no siempre es necesaria para la terapia eficaz y la prevención de las recaídas.

En una revisión reciente acerca de las intervenciones efectuadas en MF para la detección y el tratamiento de la depresión y la ansiedad, se comprobaron los efectos positivos de la educación del profesional y de los pacientes, de la participación de los enfermeros, de la mayor colaboración de los especialistas y del control del cumplimiento terapéutico, aunque se observó que estos efectos fueron de escasa duración. En algunos estudios cualitativos se ha señalado la presencia de dificultades en el reconocimiento de estos procesos psicopatológicos, así como en la diferenciación entre el estrés y la depresión.

En este análisis, los autores se propusieron explorar de manera sistemática la percepción, la identificación y el tratamiento de la ansiedad y la depresión por parte de los profesionales que practican la MF.

Métodos

En los GD se efectúan entrevistas dinámicas que permiten a los participantes brindar información general y específica, con exploración de la experiencia y los conceptos, sin incentivar la definición de consensos. Se lo considera un método cualitativo apropiado para el análisis de problemas complejos dada la posibilidad de compartir experiencias en una interacción grupal.

Se seleccionaron 3 grupos de profesionales de diferentes regiones de los Países Bajos. Todos los participantes completaron una escala analógica visual validada de 20 preguntas (Depression Attitude Questionnaire), en la que se evaluaron las actitudes de los médicos en relación con la depresión. Los expertos señalan que mediante este cuestionario es posible evaluar la actitud para el tratamiento, la accesibilidad profesional, la maleabilidad de la depresión y la identificación de esta enfermedad.

Durante los encuentros en los GD, cada miembro expuso sus puntos de vista en relación con un tema propuesto, seguido de una discusión colectiva. La transcripción de estas sesiones fue analizada de modo independiente por dos autores con un código temático y un programa informático especializado.

Resultados

Participaron 23 médicos de familia, con una edad comprendida entre 41 y 59 años, procedentes de áreas urbanas, suburbanas y rurales. En forma general, los profesionales no reconocieron la identificación de la depresión como un problema en su práctica médica y manifestaron una posición optimista en relación con el curso natural de la enfermedad y su tratamiento, y expresaron sentirse relativamente cómodos al momento de tener que abordarla. Asimismo, la mayor parte de los participantes consideró que el reconocimiento, el diagnóstico y el tratamiento de la depresión y los trastornos de ansiedad formaban parte de su tarea, si bien señalaron que se trataba de un procedimiento que involucraba mucho tiempo.

Además, una importante proporción de los médicos dudaba de la validez de los conceptos diagnósticos de ambas enfermedades mencionados en la cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) y en otras normas vigentes. En coincidencia, se manifestaron en contra del uso de estas formas de identificar estas afecciones, debido a que el diagnóstico específico de uno y otro proceso no se asocia directamente con el tratamiento o el pronóstico.

En particular, pusieron en duda la demarcación entre los trastornos por depresión y ansiedad y otros procesos mórbidos de la salud mental, en el contexto de la superposición de estas enfermedades en un mismo paciente durante períodos prolongados. De acuerdo con los comentarios de los participantes, esta fluctuación de los síntomas se encuentra en conflicto con la definición de enfermedades diagnósticas separadas. Los autores advierten, sin embargo, que algunos profesionales consideraron los criterios diagnósticos como herramientas útiles para la identificación de los pacientes con afecciones mentales. En otro orden, casi todos los participantes manifestaron que los signos de comunicación no verbales de los pacientes constituían una variable útil para el reconocimiento de la depresión y los trastornos de ansiedad.

 

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