Fabiola Czubaj
El daño que produce el cigarrillo durante el embarazo es indiscutible: el humo que inspira la madre puede inducir el parto prematuro, el bajo peso al nacer y hasta transformar al bebe en un fumador pasivo. Por eso, el Programa Nacional de Control del Tabaco promueve que toda fumadora embarazada reciba ayuda intensiva para abandonar la adicción.
Aun así, un relevamiento en 16 maternidades muestra que eso ocurre en apenas el 10% de esas mujeres y que sólo al 5% de las embarazadas se les pregunta si son fumadoras. De hecho, la encuesta realizada por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) identificó también que sólo 6 de las maternidades contaba con guías o recomendaciones específicas.
"Muchas quieren dejar de fumar, pero no saben cómo hacerlo. Vemos un aumento del tabaquismo en las embarazadas en los países en desarrollo, principalmente por la comercialización, que está dirigida a ellas y a los adolescentes", señaló en su visita al IECS para la presentación de estos resultados, la doctora Van T. Tong, epidemióloga de la División de Salud Reproductiva de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.
El relevamiento, realizado por el equipo de Investigación en Salud de la Madre y el Niño del IECS, que dirigen los doctores Fernando Althabe y José Belizán, pone en evidencia un problema de salud pública que merece atención inmediata.
Que el 90% de las mujeres grávidas no reciba asesoramiento para abandonar el cigarrillo refuerza la idea de que "es importante que el sector de salud pública les provea de acceso a programas efectivos para dejar de fumar, y que los profesionales de la salud a cargo de estas mujeres sean entrenados para promover la participación de las embarazadas que fuman en los mismos", habían indicado los expertos en un estudio publicado en la revista Medicina .
Según el coordinador del Programa Nacional de Control del Tabaco, doctor Mario Virgolini, "todavía es escasa la prioridad que los profesionales de la salud le dan al tratamiento del tabaquismo. La mayoría desconoce la práctica de las intervenciones breves para dejar de fumar. Por otra parte, existe un porcentaje de médicos fumadores similar al de la población general, y esta condición es un obstáculo para desarrollar intervenciones en esa dirección".
Otro estudio, premiado en el último Congreso Argentino de Medicina Respiratoria, halló que fumaba más del 50% de las embarazadas entrevistadas durante el primer trimestre de gestación, el segundo y el tercero, y que el 35,8% de ellas nunca dejó de hacerlo. Dirigido por la doctora Susana Nahabedian, jefa del Servicio de Neumonología del Hospital Interzonal General de Agudos Eva Perón, de Lanús, el estudio incluyó a embarazadas de 15 maternidades en seis provincias. Allí, el 70% no había recibido orientación durante los controles médicos.
"En los países desarrollados, las mujeres están informadas sobre los efectos negativos del tabaco, pero en los países en vías de desarrollo hay otros problemas de salud gestacional, como las enfermedades infecciosas. El tabaco aún no es una prioridad, aunque estamos viendo un alarmante crecimiento de embarazadas que fuman. Las tabacaleras prefieren volcar sus esfuerzos a los mercados de los países con menos limitaciones y controles", agregó Tong.
El trabajo del IECS, en el que participó el Programa Nacional de Control del Tabaco, forma parte de un estudio mayor con el Centro de Investigación en Prevención de la Escuela de Salud Pública y Medicina Tropical de la Universidad de Tulane (EE.UU.) y la Unidad de Investigación Clínica y Epidemiológica de Uruguay. Es para poner en marcha en las maternidades de ambos países el programa 5-A (ver aparte).
Es una intervención corta, recomendada por la Organización Mundial de la Salud, que no sólo intenta averiguar si una mujer fuma, sino también indagar sus hábitos: a) si fumó menos de cien cigarrillos en su vida; b) si dejó de fumar antes de saber que estaba embarazada; c) si lo hizo después de saberlo; d) si fuma, pero redujo la cantidad, o e) si fuma la misma cantidad.
"Consiste en preguntarle a cada mujer en cada control prenatal si fuma y, a las que lo hacen, aconsejarlas y darles herramientas para que dejen de fumar -explicó Althabe-. Reduce la cantidad de mujeres que fuman durante el embarazo, pero no se aplica en forma rutinaria y generalizada en buena parte de las maternidades de nuestro país."
Por su parte, Tong dijo: "La Argentina está catalogada como un país de ingresos medios; los porcentajes de fumadores y de embarazadas que fuman son muy altos."
Las cinco "a"
Averiguar cuáles son los hábitos tabáquicos de la paciente, según cinco opciones.
Aconsejarle de manera clara la importancia de dejar de fumar para ella y el bebe.
Analizar su grado de voluntad para intentar dejar de fumar en los próximos 30 días.
Asistirla con materiales de autoayuda, métodos para dejar de fumar y el soporte social, según su entorno familiar.
Auscultar periódicamente el estado del embarazo y, si sigue fumando, alentarla