Falsedades acerca de la vacuna triple vírica | 15 FEB 10

Ciencia falsa, consecuencias reales y desgraciadas

La retracción oficial del infausto artículo de Andrew Wakefield.

El doctor Andrew Wakefield, tras conocer el fallo del Consejo de Médicos. (Foto: Reuters)

Hace pocos días, la revista 'The Lancet' publicaba una breve nota, probablemente una de las más importantes y trascendentes que jamás ha publicado, en la que se procedía a la retracción oficial del infausto artículo de Andrew Wakefield sobre la relación entre la vacuna triple vírica, algunas alteraciones gastrointestinales y, esencialmente, el autismo.

Esta retracción ha sido una gran noticia. Se produce tras un largo proceso en el que 'The Lancet' miraba también al Consejo Médico General del Reino Unido, a la espera de ver cómo terminaba el procedimiento incoado contra Wakefield por "conducta no ética o inapropiada". El Consejo encontró a Wakefield culpable de todos los cargos que le imputaban y decidió confirmar su suspensión (lo que le impide el ejercicio de la profesión en Reino Unido).

Tras los procesos seguidos, es evidente que Wakefield falseó descaradamente la realidad e incurrió en una conducta ética inapropiada a la vez que en un conflicto de intereses no declarado adecuadamente.

Wakefield empezó a trabajar por encargo o de acuerdo con un bufete de abogados que representaba a unas pocas familias de niños autistas, y que perseguía poder incriminar a los fabricantes de la vacuna triple vírica (MMR) en el desarrollo de esta enfermedad. Wakefield cobró por ello, y no lo declaró al 'Lancet'.

Además, muy importante, no es que su investigación y conclusiones fuesen dudosas, que lo eran, sino que ahora sabemos que son falsas, es decir, un fraude. Se interpretó de forma distinta a la real el resultado de algunas biopsias intestinales, se tomaron muestras a los niños de forma inadecuada y sin seguir los postulados éticos y no se tuvo en cuenta, por ejemplo, que en algunos casos incluidos en el artículo, los trastornos de conducta de los niños aparecieron antes que recibiesen la vacuna.

Años después, tras un volumen ingente de pruebas científicas y estudios que invalidaban la teoria de Wakefield, los movimientos anti-vacunas seguían (y probablemente seguirán) considerando a Wakefield un héroe, que no solamente ha descubierto 'la verdad' sino que solo e indefenso se ha enfrentado al todopoderoso 'establishment' médico y -horror- al lobby farmacéutico. Mala suerte. No solo las teorías que relacionaban el autismo con la vacuna triple vírica eran incorrectas (cosa que ya se sabía) sino que han resultado un engaño, una falsedad y un montaje interesado.

 

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