CRISTINA DE MARTOS
Cuando imaginamos un espermatozoide, lo más normal es que lo veamos moviéndose de forma alocada. Pero lo cierto es que los gametos masculinos pasan la mayor parte del tiempo quietos hasta que llegan al tracto genital femenino. En ese momento, se activa un mecanismo que los pone en marcha y empieza así la carrera por fertilizar el óvulo. Un grupo de investigadores ha dado con la espoleta que los 'enciende'.
Mientras que están en el hombre, los espermatozoides deben permanecer inactivos para no malgastar las pocas fuerzas con las que han sido dotados. El factor determinante de la actividad de estos gametos es su pH interno. Cuando es ácido (por debajo de 6,5), están quietos, cosa que logran gracias a los fluidos del tracto genital masculino.
Pero cuando llegan al femenino, se tienen que activar para poder penetrar a través de la mucosa oviductal y de las capas protectoras del óvulo. Primero tiene que iniciarse la motilidad y después se tienen que hiperactivar. Ambos procesos, esenciales para la fertilización, sólo ocurren si su pH interno se alcaliniza.
¿Cómo sucede esto?
Los espermatozoides son como un globo que en lugar de estar lleno de aire contiene protones. "La concentración de estas partículas en el interior es 1.000 veces superior a la del exterior", explica Yuriy Kirichok, de la Universidad de California en San Francisco (Estados Unidos), principal investigador de este estudio. Estos protones son los que mantienen el pH ácido y el esperma inactivo. "Si abres un poro [en la superficie del gameto] los protones saldrán", añade.
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