Alcoholismo | 05 OCT 09

Utilidad de la pregabalina en pacientes con dependencia de alcohol

La pregabalina podría ser eficaz para disminuir el consumo de alcohol, las ansias de consumo y la gravedad de los síntomas psicopatológicos asociados con la dependencia de alcohol.
Autor/a: Dres. Martinotti G, Di Nicola M, Janiri L y colaboradores Journal of Psychopharmacology Abr 2009

Introducción y objetivos

La información sobre la utilidad de los anticonvulsivos no benzodiazepínicos para evitar las recaídas en los pacientes con dependencia de alcohol es creciente. Entre dichas drogas se incluye el topiramato, agonista gabaérgico e inhibidor glutamatérgico mesolímbico considerado como un fármaco promisorio para disminuir las ansias de consumir alcohol. La pregabalina es un análogo estructural del ácido gamma aminobutírico (GABA), de reciente elaboración, que resulta eficaz para el tratamiento de diferentes entidades como la neuropatía diabética, la neuralgia posherpética y el trastorno de ansiedad generalizada. En cuanto a la dependencia de alcohol, se halló que la pregabalina disminuye el consumo y los síntomas psicopatológicos asociados con la enfermedad.

La pregabalina actúa como modulador presináptico de la liberación de neurotransmisores excitatorios como el glutamato, las monoaminas y la sustancia P. No tiene actividad sobre los sitios de acción del GABA y las benzodiazepinas. Su mecanismo de acción involucra la unión a la subunidad alfa-2 delta de los canales de calcio dependientes de voltaje, con una potencia de al menos el triple respecto del gabapentín. Dicha unión provoca una disminución del influjo de calcio y de la exocitosis de neurotransmisores, y su efecto se correlaciona de manera positiva con el nivel de hiperexcitación de la neurona presináptica. Luego de su administración por vía oral, la pregabalina se absorbe rápidamente, no se une a las proteínas, tiene una vida media de 6 horas y se excreta sobre todo por la orina. No presenta interacciones farmacológicas significativas y no inhibe a las enzimas del sistema citocromo P450.

El objetivo del presente estudio fue investigar la eficacia de la pregabalina para optimizar la desintoxicación de los pacientes con dependencia de alcohol. Los autores propusieron que el efecto de la pregabalina sobre la neurotransmisión excitatoria puede ser de utilidad para disminuir las ansias de consumo, ya que el glutamato y las monoaminas intervienen en la memoria de recompensa. En el presente estudio se comparó la administración de pregabalina frente al empleo de naltrexona, droga ya aprobada por la Food and Drug Administration (FDA) para el tratamiento de los pacientes con dependencia de alcohol.

Pacientes y métodos

El presente estudio de comparación tuvo una duración de 16 semanas y fue aleatorizado y a doble ciego. Participaron 71 pacientes con antecedentes de trastornos relacionados con el consumo de alcohol de al menos 3 años de evolución. Todos reunían los criterios para el diagnóstico de dependencia de alcohol incluidos en la cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) en el momento del estudio. Sólo se incluyeron pacientes que refirieron deseos de lograr una abstinencia completa de consumo de alcohol. Los participantes fueron evaluados mediante la Structured Clinical Interview for DSM-IV (SCID).

En primer lugar, los pacientes fueron desintoxicados con benzodiazepinas. Concretamente, se administraron 6 a 40 mg/día de diazepam de acuerdo con la respuesta de cada individuo. Dicha droga fue interrumpida de manera paulatina durante 5 a 10 días. Una vez finalizada la fase de desintoxicación y en ausencia de síntomas de abstinencia, se llevó a cabo la distribución aleatoria, en la que intervinieron 59 individuos. Un total de 28 pacientes recibió 10 mg/día de naltrexona durante una semana. Esa dosis se incrementó hasta 50 mg/día durante el período restante del estudio. Los otros 31 pacientes recibieron una dosis inicial de 50 mg/día de pregabalina, que se incrementó hasta alcanzar entre 150 y 450 mg/día. Para evaluar el cumplimiento del tratamiento, las drogas asignadas fueron entregadas a un familiar en forma semanal. Todos los participantes tuvieron acceso a un grupo de autoayuda durante el período de estudio.

Los pacientes fueron evaluados al inicio y a las 2, 8 y 16 semanas de tratamiento. Para evaluar la aparición de síntomas de abstinencia se aplicó la escala Clinical Institute Withdrawal Assesment for Alcohol (CIWA-Ar). La intensidad del deseo de consumo se evaluó mediante una Visual Analogue Scale (VAS) y mediante la Obsessive and Compulsive Drinking Scale (OCDS). Para evaluar la sintomatología psiquiátrica se aplicó la Symptom Checklist 90 Revised (SCL-90-R). Por último, la efectividad del tratamiento se conoció mediante la Clinical Global Impressions Scale (CGI) y el Quality of Life Index (QOL).
La abstinencia de alcohol se valoró según lo referido por el paciente y uno de sus familiares, y fue constatada mediante la determinación de la concentración de alcohol en sangre y de los parámetros hepáticos de abuso de alcohol. Además, se efectuaron análisis toxicológicos de orina para descartar el consumo de drogas de abuso y de benzodiazepinas. Los parámetros principales para valorar la eficacia fueron el mantenimiento de la abstinencia y la aparición de recaídas. En segundo lugar, se evaluó la cantidad de días de abstinencia y de consumo intenso, y la disminución del deseo de consumir alcohol. La seguridad del tratamiento se valoró mediante análisis electrocardiográficos y de laboratorio. Luego de la última evaluación, la droga fue interrumpida de manera paulatina.

Resultados

No se observaron diferencias significativas entre ambos grupos en términos de características demográficas y puntaje inicial obtenido en las escalas OCDS, VAS, CIWA-Ar y SCL-90-R. Los diagnósticos de comorbilidades del eje I fueron, en orden decreciente de frecuencias, trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos del control de impulsos y trastornos de la alimentación. El trastorno de la personalidad comórbido más frecuente fue el límite, seguido por el antisocial y el evitativo, entre otros. Las sustancias de abuso consumidas, además del alcohol, fueron la marihuana, la cocaína, las benzodiazepinas y el tabaco.

 

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