De acuerdo con las conclusiones de un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto de Neurociencia y Fisiología de la Universidad de Gotemburgo (Suecia) y publicado en la edición digital de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (doi:10.1073/pnas.0812809106), la grelina, una hormona producida en el estómago que ayuda a inducir el apetito, podría también participar en el desarrollo de la dependencia al alcohol.
Concretamente, los científicos, dirigidos por la Dra. Elisabet Jerlhag, descubrieron que la administración de grelina a ratones conducía a un aumento del consumo de alcohol, mientras que el bloqueo de la acción de la grelina reducía su ingesta.
La literatura recoge evidencias previas en las que se constata la presencia de receptores de grelina en áreas específicas del cerebro importantes para el reconocimiento de recompensas. Debido a que estos mecanismos parecen mediar en las recompensas de los alimentos y el alcohol, los autores se plantearon que la grelina podría también mediar en la dependencia al alcohol.
Y según los resultados, la administración directa de grelina en los nódulos de recompensa del cerebro de ratones aumentaba su consumo de alcohol aproximadamente en un 45% en comparación con ratones que recibieron una solución salina.
De la misma manera, el consumo de alcohol también disminuyó cuando los científicos administraron a los animales uno de dos componentes que interferían con las señales de la grelina. Según los autores, los ratones con inferiores señales de grelina parecían responder menos a las características de recompensa del alcohol debido a que sus cerebros producían menos dopamina.
Por todo ello, concluyen los autores, “estos efectos de recompensa del alcohol forman parte del proceso adictivo y el sistema de la grelina proporciona una nueva diana para los tratamientos farmacológicos frente al alcoholismo”.
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