Broncoscopía con calor | 22 MAY 09

Primera terapia no farmacológica para el asma

Es un procedimiento experimental para pacientes con asma grave pero estable. Se realizan tres broncoscopias de una hora en tres días diferentes.

MARÍA SAINZ

En el futuro, las personas con asma grave y a las que los medicamentos no les devuelven un ritmo de vida normal, podrían encontrar ayuda en la termoplastia bronquial. Se trata de una técnica endoscópica que aplica sobre los bronquios una corriente eléctrica que se transforma en energía térmica. El objetivo es reducir la musculatura y, de esta forma, prevenir las crisis asmáticas.

La energía por radiofrecuencia es la base de este nuevo tipo de broncoscopia. Gracias a ella, los neumólogos pueden exponer los músculos de las vías respiratorias a estas ondas eléctricas e impedir que éstos se constriñan, como sucede en los ataques de asma. "Se consigue una pérdida de tono muscular (estado de contracción) y puede influir la propia ablación ocasionada por el estímulo eléctrico, pequeñas fibrosis y la rotura de pequeñas fibras o bandas musculares", aclara a elmundo.es Carlos Disdier, neumólogo del hospital San Pedro Alcántara (Cáceres).

Tras varios años de estudio y de publicaciones, como la aparecida en la revista científica ''The New England Journal of Medicine'' en 2007, el sistema Alair, desarrollado por la compañía Asthmatx, ofrece nuevos resultados sobre su eficacia pasado un año desde la intervención.

"Es un tratamiento todavía no comercializado, que sólo puede ser aplicado en pacientes incluidos en ensayo clínico [...] Tras su publicación en ''NEJM'', la agencia estadounidense del medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) pidió a los expertos que realizaran un estudio aleatorizado y ciego. Es decir, "que todos los pacientes se sometieran a una broncoscopia pero que, de forma aleatoria y desconocida, unos recibieran radiofrecuencia y otros un tratamiento fingido sin termoplastia", explica Disdier.

Un estudio con grupo placebo

Con esta metodología, los autores apuntan que un 79% de los que se sometieron a esta técnica aún experimental presentaron una mejora significativa de su calidad de vida. Los datos han sido recientemente presentados en el transcurso de la Conferencia Internacional de la Sociedad Torácica Americana, celebrada en San Diego, y los expertos aguardan su publicación en la literatura científica.

"Tras el procedimiento, los pacientes tratados con termoplastia bronquial experimentaron un control prolongado del asma un año después. Así lo demuestra la mejora de la calidad de vida, de los ataques de asma severos y de las visitas a urgencias por una sintomatología respiratoria", ha declarado Mario Castro, principal autor del estudio y profesor de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington (EEUU).

Con el paciente en un estado de sedación consciente, como ocurre con la broncoscopia habitual, los médicos alcanzan las vías aéreas mediante endoscopia (por la boca o la nariz). A través de un canal interno que llevan los broncoscopios, se introduce un catéter provisto de cuatro alambres que se extiende hacia los bronquios más periféricos. En ellos se aplicará la energía térmica en periodos de 10 segundos y tratando por segmentos de 5 mm todos los bronquios.

 

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