El tumor benigno más frecuente en la infancia | 03 ABR 09

Una terapia eficaz para los hemangiomas infantiles más severos

Aunque los fármacos actuales son eficaces, no representan tanto riesgo de aparición de resistencias y no tienen tantos efectos secundarios para el paciente.

El inicio temprano de la medicación debe valorarse conjuntamente con sus posibles efectos secundarios. Sobre todo teniendo en cuenta "que sus efectos a largo plazo no se conocen por el momento

Los casos más graves suelen tratarse con corticoides, quimioterapia y cirugía. El empleo de betabloqueantes es más eficaz y con menos efectos secundarios. Europa y Estados Unidos ya han puesto en marcha un estudio al respecto.

LAURA TARDÓN

Los hemangiomas de peor pronóstico de los más pequeños cuentan ahora con una nueva vía de tratamiento. Se trata de un tipo de fármacos utilizado para tratar las dolencias cardiacas: los betabloqueantes. El empleo de este tratamiento, que está dando mejores resultados y conlleva menos efectos secundarios, se está extendiendo progresivamente en los hospitales españoles y del resto del mundo.

Se trata del tumor benigno más frecuente que ocurre durante la infancia. Lo padece entre el 3% y el 10% de los bebés durante el primer año de vida. Los hemangiomas aparecen en forma de manchas rojas en la superficie de la piel, generalmente en la cara y el cuello, como consecuencia de la acumulación de vasos sanguíneos. De ahí que también se conozcan como ''manchas de fresa''.

Se presentan a las pocas semanas de nacer y tienen un crecimiento rápido y progresivo en los primeros meses de vida y una involución lenta a partir del primer año. De hecho, según los expertos, el 50% disminuye o incluso desaparece a los cinco años y el 90% a los nueve.

El pronóstico suele ser bueno. "El 70% de los hemangiomas no deja secuelas", afirma Juan Carlos López Gutiérrez, director del programa Anomalías Vasculares Congénitas del Hospital Universitario La Paz (Madrid). "Puede ser mortal cuando afecta al hígado o a las vías respiratorias, pero estos son casos excepcionales", añade el especialista.

A veces se resuelven de forma espontánea y otras requieren tratamiento, especialmente cuando se presentan en la cara, por ejemplo, en la zona de los ojos. El problema de las terapias actuales es que, aunque son efectivas, conllevan serios efectos secundarios que los betabloqueantes, sin embargo, evitarían.

Hasta el momento, el tratamiento de un hemangioma incluía, en primer lugar, la administración de corticoides. En dosis altas durante largos periodos de tiempo tienen efectos secundarios como hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca.

Otros tratamientos habituales en los hemangiomas graves son el interferon y la vincristina. "El primero, también conlleva efectos secundarios, sobre todo en los más pequeños, en los que puede producir diplejía espástica (pérdida de fuerza en las extremidades inferiores, dificultad para caminar). El problema de la vincristina es su dificultad para administrarlo. Hay que ponerlo a través de un catéter en la vena, por vía central. Es muy incómodo y no es accesible a todos los niños", explica el doctor López Gutiérrez.

 

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