A más gestos, más palabras | 13 FEB 09

Los gestos que realiza un bebé predicen su futuro como estudiante

Cuanto más gesticulan a los 14 meses, mejor vocabulario tendrán a los cuatro años.

La actitud de los padres es determinante en la evolución de los pequeños. Los niños de familias acomodadas obtuvieron mejores resultados en todos los campos.

CRISTINA DE MARTOS

En plena polémica por la separación de sexos en las aulas de algunos colegios, llega un estudio que puede complicar aún más la situación. Una investigación señala que los hijos de padres de estatus socioeconómico alto son capaces de expresar mediante gestos más cosas que los niños de estamentos más desfavorecidos. Estas diferencias a los 14 meses, aseguran los autores, explican por qué estos últimos tienen un vocabulario más pobre a la hora de entrar en el colegio, un indicador de riesgo de fracaso escolar.

Antes de hablar, los niños utilizan los gestos para comunicarse. La riqueza de este lenguaje no verbal predice la futura abundancia de vocablos que manejarán los pequeños. El modo en que los padres interactúan con sus vástagos es determinante para que estos adquieran determinadas destrezas para expresarse y uno de los factores que influye en esta relación en el estatus socioeconómico de la familia.

Medio centenar de bebés de 14 meses procedentes de familias residentes en el área de Chicago (Estados Unido) fueron grabados durante 90 minutos mientras interactuaban con su cuidador principal en casa. Los gestos y las frases empleadas por unos y otros fueron meticulosamente analizados por Meredith Rowe y Susan Goldin-Meadow, del departamento de psicología de la Universidad de Chicago.

A esa edad, los bebés hicieron una media de 20,9 tipos de gestos distintos, con grandes diferencias en función de su estatus. Los de familias más acomodadas produjeron una media de 24 mientras que los del otro extremo sólo 13. Estas desigualdades también se percibieron en los padres, cuyo nivel de gesticulación estaba, además, directamente relacionado con el de sus hijos.

"Es sorprendente que en los compases iniciales del aprendizaje del lenguaje, cuando las diferencias en el vocabulario debidas a la posición socioeconómica aún no se perciben, es posible ver cómo este estatus influye en el uso de los gestos", explica Rowe, estudiante de postdoctorado. Estas disparidades son patentes tan solo cuatro meses después, "y puede que incluso antes", de que los niños empiecen a experimentan con la gesticulación, que suele iniciarse a los 10 meses de edad.

 

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