Las gimnastas sufren artrosis muy prematura en muñecas y manos

ALEJANDRA RODRÍGUEZ

Los imposibles ejercicios de flexibilidad, los saltos que desafían la ley de la gravedad, los giros frenéticos con una sola mano agarrada a una barra y los tirabuzones invertidos para clavarse en el suelo sin moverse un ápice del sitio en el que se aterriza se están cobrando una factura muy alta en el sistema musculoesquelético de las gimnastas.

No obstante, según un trabajo presentado en el encuentro anual de la Sociedad Americana de Radiología (RSNA, sus siglas en inglés), celebrado esta semana en Chicago, Estados Unidos, el problema no reside tanto en el hecho de que estas deportistas se lesionen, como de que lo están haciendo mucho antes de que haya manifestaciones visibles, a una edad excesivamente prematura y con unas consecuencias graves, a veces, irreversibles.

Un equipo de radiólogos de la Universidad de California (Estados Unidos) ha tenido la oportunidad de comprobar estas afirmaciones después de estudiar las RM de 125 chicas de entre 12 y 16 años; 12 de las cuales eran gimnastas que practicaban la modalidad artística (barra fija, paralelas y asimétricas) que se quejaban de dolores crónicos en sus manos y muñecas.

«Las particularidades de los ejercicios de la gimnasia artística [girar a toda velocidad sosteniéndose con una o ambas manos, realizar series de volteretas en las que se cae sobre éstas varias veces encima de una barra estrecha con la muñeca muy flexionada, estiramientos del hombro y de los antebrazos que soportan varias veces el propio peso...] están causando que estas niñas acaben ejerciendo una enorme presión sobre sus articulaciones que, posiblemente, las arruine de cada al futuro», afirman los científicos.

De hecho, entre las resonancias de las deportistas se observaron dos casos de necrosis (muerte) de la cabeza del metacarpiano, dos necrosis lunares en la inserción del ligamento escafolunar, así como procesos artrósicos inusitadamente avanzados en diferentes localizaciones de los nudillos, de las falanges de los dedos y de las muñecas.

Asimismo, se detectaron desgarros cartilaginosos, dolor crónico por movimientos de repetición, sobrecargas musculares y deformidades notables en el radio (el hueso que, junto con el cúbito, conforma el antebrazo) que resultaban en la afectación de todas las pequeñas piezas que integran la frágil articulación de la muñeca.

«Nos llevamos una gran sorpresa porque muchas de estas lesiones no habían dado la cara en las radiografías convencionales y porque la mayoría iba camino de desembocar en un proceso artrósico demasiado precoz», comentan los responsables del seguimiento.

Y es que igual que se conoce que los futbolistas presentan más incidencia de artrosis en pies y rodillas, los jugadores de voley suelen sufrir de lo mismo a la altura de los hombros y los de rugby tienen en su zona cervical su punto débil en este sentido, ya se sabía que los brazos, especialmente las manos, de estas pequeñas deportistas sufrían de manera especial.