En fístulas perianales en la enfermedad de Crohn | 03 DIC 08

Comparación entre Ciprofloxacina y Metronidazol

La Ciprofloxacina se asocia con tasas de remisión y de mejoría clínica superiores a las del Metronidazol, aunque esta diferencia no alcanza significación estadística.
Autor/a: Dres. Thia KT, Mahadevan U, Sandborn WJ y colaboradores Mayo Clinic, Rochester, EE.UU.

Introducción

Las complicaciones perianales de la enfermedad de Crohn son habituales y se asocian con fenotipos agresivos. De acuerdo con los datos de los centros de derivación, la frecuencia acumulativa de las fístulas perianales varía entre el 14% y 38%. Estas lesiones rara vez cicatrizan de manera espontánea y suelen requerir tratamiento médico, quirúrgico o ambos. Entre los fármacos con los que se obtuvieron beneficios clínicos en ensayos no controlados, se mencionan el metronidazol, la ciprofloxacina, la 6-mercaptopurina, el metotrexato y la ciclosporina. En cambio, sólo se han realizado algunos estudios controlados en los cuales la terapia de inducción y de mantenimiento con infliximab se relacionó con la cicatrización de las fístulas, mientras que el tacrolimus se asoció con mejoría clínica.

Pese a la falta de trabajos controlados que comprueben su eficacia, los antibióticos se utilizan ampliamente para el tratamiento de las fístulas perianales.

Los autores presentan los resultados de un estudio en el cual compararon dos antibióticos, ciprofloxacina y metronidazol, como esquema terapéutico para los pacientes con compromiso perianal asociado con la enfermedad de Crohn.

Materiales y métodos

Se llevó a cabo un trabajo multicéntrico, aleatorizado, a doble ciego y controlado con placebo. Se seleccionaron individuos adultos, con diagnóstico confirmado de enfermedad de Crohn de al menos un mes, que se encontraban en tratamiento farmacológico estable, pero con la presencia de una o más fístulas perianales activas. Se excluyeron los que habían recibido antibióticos en los 14 días previos, así como los pacientes con complicaciones abdominales de resolución quirúrgica, con infecciones activas o con fístulas de otra localización (rectovaginales, enterovesicales o en la pared abdominal).

Se permitió el uso simultáneo de azatioprina, 6-mercaptopurina, metotrexato, micofenolato, mesalamina, sulfasalazina, olsalazina, balsalazida o corticoides por vía oral o de aplicación tópica. En cambio, no se incluyeron pacientes que recibían talidomida, tacrolimus, ciclosporina, infliximab, warfarina, teofilina o tratamientos en fase de investigación.

Los participantes fueron divididos de manera aleatoria en tres grupos para recibir 500 mg de metronidazol cada 12 horas, o la misma dosis de ciprofloxacina, o bien placebo, por un lapso de 10 semanas. En la consulta inicial se registraron las características demográficas, los antecedentes médicos y los tratamientos; el examen clínico se realizó al inicio y en las evaluaciones de control. Para establecer la actividad de las fístulas perianales y de la enfermedad de Crohn, así como la calidad de vida relacionada con la enfermedad, se utilizaron tres cuestionarios validados: Perianal Disease Activity Index (PDAI), Crohn’s Disease Activity Index (CDAI) e Inflammatory Bowel Disease Questionnaire (IBDQ).

Se consideró como criterio de valoración principal la remisión de las fístulas a la décima semana de tratamiento. Entre los criterios secundarios se evaluaron las tasas de remisión en la segunda y la sexta semana, la mejoría (al menos un 50% de reducción en el número de fístulas activas con respecto al inicio, así como la durabilidad de la cicatrización y el puntaje en las escalas PDAI, CDAI e IBDQ).

Los datos reunidos fueron procesados estadísticamente mediante el análisis de varianza y la prueba exacta de Fisher; se consideró significativo un valor de p < 0.05 en dos dimensiones.

Resultados

Se eligieron para el estudio de 25 pacientes, de los cuales 7 abandonaron el protocolo antes de su finalización (n = 5, 71.4% en el grupo de metronidazol, n = 1, 10% en el de ciprofloxacina y n = 1, 12.5% en el de placebo, p < 0.02). Debido a la lenta tasa de inclusión, no se logró el objetivo inicial de reunir 168 individuos, número necesario para obtener la potencia estadística del 80% con el fin de detectar diferencias reales entre los grupos. Finalmente, a 10 sujetos se les administró ciprofloxacina, otros 7 fueron tratados con metronidazol y los 8 restantes recibieron placebo.

Los investigadores aseguran que el 30% de los pacientes tratados con ciprofloxacina tuvieron remisión completa de las fístulas, en comparación con el 12.5% de los integrantes del grupo placebo y con ningún participante tratado con metronidazol (p = 0.41). En el 40% de los sujetos que utilizaron ciprofloxacina se confirmó la mejoría de las lesiones después de 10 semanas de tratamiento (p = 0.43 en relación con los sujetos tratados con metronidazol [14.3%] o placebo [12.5%]). No se observaron diferencias significativas en los índices de remisión o mejoría de las fístulas en la segunda y la sexta semana, así como en las escalas PDAI, CDAI e IBDQ.

 

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