Escepticemia | 19 SEP 08

Sexo neuronal

Sobre las diferencias cerebrales entre hombres y mujeres.
Fuente: Jano.es Escepticemia

Por Gonzalo Casino 

A nadie le sorprende ya que los cerebros de hombres y mujeres no sean iguales. Hay sobradas pruebas anatómicas que demuestran que no lo son. La última, el hallazgo de que los hombres tienen más sinapsis que las mujeres en el neocórtex temporal, publicado la semana pasada en la revista PNAS, es sólo un dato entre los muchos que se van desgranando continuamente en las revistas científicas y que indican que, efectivamente, hombres y mujeres tienen cerebros diferentes. Aunque nadie se atreve a decir que un sexo sea más inteligente que el otro, cada vez parece haber mayor acuerdo en que hombres y mujeres tienen inteligencias distintas, ya que esto es lo que indican los test que miden las capacidades espaciales, verbales, visuales, lógicas o empáticas.
 
La idea de que hay un cerebro masculino y otro femenino para interpretar la realidad y responder a ella es simplemente un hecho estadístico. Así, por ejemplo, los hombres tienden a ser mejores a la hora de visualizar y manipular objetos complejos en el espacio, pero en cambio las mujeres tienden a ser mejores observadoras de una escena compleja (en los test, los hombres identifican mejor una figura rotada en el espacio y las mujeres son más capaces de descubrir pequeños cambios en dos imágenes aparentemente iguales). Puestos a recordar y utilizar palabras, las mujeres suelen tener mayor capacidad, del mismo modo que parecen tener mayor habilidad para detectar las emociones faciales. En cambio, los hombres suelen mostrarse más dispuestos y capaces a la hora de desentrañar cómo funciona una máquina. En general, el cerebro masculino es más sistematizador y el femenino tiene mayor capacidad de empatía. Pero esto es sólo una media estadística, y cuando una persona concreta se somete a uno de los test que miden la masculinidad y feminidad cerebral, como el Sex ID de la BBC, puede ubicarse en cualquier punto entre los dos polos. Y, con independencia de su orientación sexual, puede haber hombres con cerebro femenino y mujeres con cerebro masculino.
 
Ahora bien, ¿qué relación hay entre las diferencias anatómicas y las distintas capacidades mentales de hombres y mujeres? Mucho de lo que se pueda decir sobre la masculinidad y la feminidad cerebrales es pura especulación. Los psicólogos evolucionistas invocan explicaciones que remiten a los hombres de las cavernas, cuando los hombres desarrollaron un cerebro de cazador y las mujeres se focalizaron en el cuidado de la prole y en espacios más íntimos. El papel de las hormonas, principalmente de la testosterona, parece ser importante en la conformación del cerebro desde el desarrollo uterino. Desde pequeños, las niñas dirigen más su mirada a las caras y los niños a los objetos, pero nadie sabe por qué. Lo cierto es que en torno a la masculinidad y la feminidad cerebrales hay más sombras que luces, más convencionalismos que certezas. A muchos nos gustaría saber por qué somos diferentes, pero quizá tampoco está mal que esta cuestión del sexo neuronal tenga un aura de misterio.

 

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