La medida más sencilla y barata contra el déficit | 03 MAR 08

Retrasar la jubilación de los médicos

Cataluña, pionera en aplicar la ley en 2003 a adelantar cinco años la edad de jubilación médica, ha empezado a dar marcha atrás para atenuar su escasez de especialistas. Los expertos abogan por flexibilizar el retiro. El 80% de los galenos trabaja hasta los 70, y muchos siguen, sin límite, en el sector privado.

ISABEL PERANCHO  
 
¿A los 65? ¿A los 70? ¿Hasta que el cuerpo y la mente aguanten? ¿Cuál es la mejor edad para que un médico se retire teniendo en cuenta el déficit de profesionales que se avecina? La pregunta flota en un sector sanitario inmerso en un mar de dudas respecto al momento más adecuado para enviar al retiro a sus efectivos. Muchos analistas coinciden en que la jubilación masiva prevista es uno de los factores que amenaza la sostenibilidad del sistema nacional de salud. En los próximos años se jubilarán 2.500 médicos al año, pero a partir de 2016 serán 7.000, cifra superior a la de nuevos licenciados.

El estudio sobre las jubilaciones realizado por la Conferencia de Decanos de las facultades de Medicina españolas indica que en los próximos años se retirarán 28.000 médicos pero saldrán al mercado 50.000 nuevos galenos. Sin embargo, entre 2016 y 2025 dejarán de prestar servicio cerca de 74.000 profesionales.

La razón de este elevado número de bajas reside en el esfuerzo realizado en España en los años 70 y 80 para generar nuevos profesionales que alimentaran laboralmente a los grandes hospitales creados en esas décadas. El temor a un futuro profesional incierto por el exceso de facultativos propició posteriormente un efecto cerrojo con el establecimiento de una estricta política de 'numerus clausus' en las universidades. La consecuencia es que el grueso de los efectivos médicos del actual sistema nacional de salud está compuesto por profesionales en la quinta década de la vida y muchos de ellos próximos a la sexta.


MUCHOS VETERANOS

El fenómeno del envejecimiento de la población médica es homogéneo. En Madrid se prevé que entre 2008 y 2018 se jubilen más de 2.100 galenos. En Cataluña, la situación ha sido calificada de "alarmante". La edad media de los colegiados de la Ciudad Condal es de 48 años, el 35% ya supera los 50 y se prevé que los retiros aumenten un 184% en 2015. "En 2007 se han jubilado 234 y en 2015 lo harán 570", confirma Marc Soler, director del área corporativa del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB).

La situación se reproduce fuera de las grandes capitales. El Sindicato Médico de Baleares alertaba hace unos días de que en los próximos siete años se jubilarán el 30% de los facultativos que ahora ejercen en las islas.

Con estos datos parece difícil entender medidas como la emprendida hace cuatro años por el Instituto Catalán de la Salud (ICS) que adelantó a los 65 años la edad de jubilación de sus médicos, hasta entonces establecida en los 70 años, e impuso el retiro forzoso. "Favoreció una renovación generacional en los puestos de responsabilidad y directivos de los centros hospitalarios que ha sido muy importante", dice Francesc José María, director gerente del ICS, en defensa de esa decisión.

Cataluña fue la primera autonomía que aplicó, en 2004, la Ley del Estatuto Marco del Personal Estatutario promulgada en 2003, que, salvo excepciones, prevé la jubilación forzosa de todos los trabajadores de los centros sanitarios públicos a los 65 años y modifica la anterior de 70. Meses más tarde se le sumó Andalucía. En ese año, se prescindió de forma prematura del servicio de 332 médicos catalanes (105 especialistas de hospitales, un 35% de ellos con cargo de jefe de servicio, y 227 de atención primaria) y de 432 andaluces (306 de hospital, de ellos el 28% jefes de servicio, y 126 de primaria).

La medida sorprendió a muchos galenos que acudieron a los tribunales en busca de protección. Un total de 178 facultativos catalanes interpusieron un recurso, de los que 139 se mantienen activos.

Baleares y Canarias han aplicado también la normativa, que es de obligado cumplimiento, de forma excepcional. El resto de comunidades siguen estudiando si hacerlo o no. Cantabria ha anunciado que lo hará a partir de este año, mientras que La Rioja, la Comunidad Valenciana y Aragón lo prevén en su plan de recursos humanos.

La Ley contempla excepciones. Así permite que el interesado pueda solicitar voluntariamente permanecer en su puesto de trabajo hasta los 70 años, si reúne la capacidad funcional necesaria para ejercer, si el servicio de salud autoriza la prórroga y si las necesidades de la organización lo permiten y están reflejadas en un Plan de Ordenación de Recursos Humanos.

Los defectos en el cumplimiento de algunas de estas condiciones ha sido el argumento que el Tribunal Superior de Cataluña ha esgrimido para dar la razón a 20 de los reclamentes contra el ICS. "Nos echaron de forma deshumanizada. Casi tuvimos que salir por la puerta de atrás, sin casi dejar que nos despidiéramos de nuestros compañeros después de trabajar durante 40 años en el hospital y contribuir con ello a elevar el nivel científico de estos centros", se queja uno de los afectados por la jubilación forzosa a los 65, un anestesista que, a punto de cumplir los 70, sigue trabajando cada día en el sector privado. La paradoja es que fuera del sector público no existe límite de edad para ejercer la Medicina.

Este profesional es uno de los que ha salido victorioso del último asalto judicial contra el ICS. Según el fallo del tribunal, el servicio regional de salud debería reintegrarle en su puesto de trabajo y tendrá que abonarle la diferencia entre el sueldo que hubiera percibido en estos más de cuatro años y la pensión de jubilación. "No voy a volver y la mayoría de mis compañeros tampoco", dice. Únicamente un profesional ha solicitado la reincorporación.


UNA MEDIDA BARATA

Polémicas aparte, la mayoría de los expertos consultados por SALUD es contrario a forzar la jubilación médica a los 65 en el momento actual. Para Miquel Bruguera, presidente del COMB, retrasar el retiro de los profesionales si estos lo desean es "la medida más sencilla y rentable" para hacer frente de forma inmediata al déficit de efectivos. "Cinco años es la mitad del tiempo que se tarda en sacar una nueva hornada de profesionales", coincide Juan José Rodríguez Sendín, secretario de la Organización Médica Colegial, partidario, además, de buscar fórmulas intermedias. "No pondría condiciones ni límites. Sí el profesional continúa siendo útil, la empresa lo considera necesario y, además, él quiere quedarse, que continúe, aunque sea de forma parcial".

Bruguera admite que esta medida no es la panacea: "los mayores de 65 no hacen guardias y se mantendría la acuciante situación de las urgencias, pero sí da respuesta a la falta de pediatras o de radiólogos".

De hecho, la escasez de efectivos en estas especialidades y en las de medicina de familia, psiquiatría, anestesiología y ginecología y obstetricia ha hecho que la administración sanitaria catalana haya dado marcha atrás parcialmente en su plan de jubilación médica prematura. "Estamos en fase de reflexión, no sabemos si continuaremos jubilando a los 65", admite José María. La ley de Seguridad Social de 2007 ha venido a complicar la situación: permite que cualquier trabajador pueda alargar voluntariamente su retiro hasta los 70 para incrementar su pensión un 2% anual durante ese último lustro.

 

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