Trastornos que proliferan en la cultura de lo visual | 31 ENE 08

Varones “vigoréxicos” en tiempos anoréxicos

Se incrementan los casos de vigorexia o dismorfia muscular.
Fuente: Página 12 

Por Raquel Rascovsky *

En los varones, la excesiva práctica de actividad física, unida o no a la utilización de medicamentos que mejoran el rendimiento, puede dar lugar a lo que los especialistas denominan vigorexia o dismorfia muscular. Este es un trastorno psíquico y alimentario que afecta a los hombres y cuya obsesión es lograr un cuerpo indestructible, que contiene la fantasía de poder. Tener un cuerpo musculoso y atlético le hace sentirse poderoso, le otorga atributos de masculinidad, de fuerza, y esto suele acompañarse con la idea de ser alguien seductor, capaz de conseguir mujeres, de tener éxito.

Generalmente, el que sufre este problema aprecia su figura como muy pequeña, frágil o débil, a pesar de que el espejo y la mirada clínica pueden sostener lo contrario. Busca entonces un desarrollo desmesurado de los músculos y en este intento pueden aparecer distintas patologías, además de las lesiones musculares o tendinosas por el acortamiento muscular o por la pérdida de la elongación. Al mismo tiempo, suele producirse una desproporción entre diferentes partes del cuerpo, entre el tronco y la cabeza o el tronco y las extremidades inferiores. Es el extremo opuesto de la anorexia, donde el cuerpo se percibe como demasiado voluminoso y se alcanzan figuras casi cadavéricas.

Es que vivimos en un mundo donde lo visual ha pasado a ser algo inmediato, imprescindible; esto, naturalmente, incrementa la necesidad y el deseo de mirar. Observar y ser observado se transforma en algo imposible de evitar. Por eso, no sorprende que la belleza de los cuerpos haya adquirido tanto valor. Hombres y mujeres parecen necesitar ser mirados y aprobados por el otro ya sea en la calle, en la tele, en el cine: no importa dónde, el cuerpo tiene un protagonismo importante. Las mujeres hacen gimnasia, compiten en diversas actividades físicas y, si no logran un cuerpo como el que desean, suelen recurrir al cirujano plástico. Sin embargo, el paso del tiempo no puede detenerse; hombres y mujeres envejecen. Los cuerpos no siempre se mantienen ágiles, habrá más o menos arrugas y, entonces, para ambos sexos, cremas y tinturas.

 

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