CRISTINA DE MARTOS
MADRID.- El misoprostol, la mifepristona y el metotrexato, los tres medicamentos aprobados para la interrupción temprana del embarazo, no suponen un mayor problema para las gestaciones posteriores.
Cada vez es más frecuente que los abortos en el primer trimestre se provoquen mediante el uso de fármacos en lugar de practicar métodos quirúrgicos. Un estudio publicado en 'The New England Journal of Medicine' evalúa el impacto que estos medicamentos tienen en los siguientes embarazos. Considerado el mejor trabajo hasta la fecha sobre este tema, la investigación concluye que estas medicinas no suponen mayores complicaciones que las que tiene la cirugía.
Algunos estudios previos apuntaban a que las mujeres que abortan con misoprostol, mifepristona (conocida como RU-486) o metotrexato tenían más posibilidades de que en la siguiente gestación aparecieran algunos problemas como un embarazo ectópico (fuera del útero) o un parto prematuro.
Para despejar estas dudas, científicos del departamento de epidemiología de la Universidad de California en Los Ángeles (Estados Unidos) seleccionaron a todas aquellas mujeres danesas que se habían sometido a una interrupción del embarazo, bien por procedimientos médicos (fármacos) bien quirúrgicos, entre 1999 y 2004.
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