Estado actual y prevención | 01 AGO 07

El Burnout en los profesionales de la salud

Encuentro Internacional de especialistas en España. La crónica del Dr. Armand Grau (presidente) y de Rosa Suñer especial para IntraMed.
Autor/a: Dres. Armand Grau, Rosa Suñer 

Durante los días 11 a 13 de julio del 2007 se ha celebrado en Castellón (España) el seminario EL BURNOUT EN LOS PROFESIONALES SANITARIOS: ESTADO ACTUAL Y PREVENCIÓN, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y dirigido por Armand Grau, médico especialista en medicina interna y investigador en psicología de la salud y Rosa Suñer, antropóloga y enfermera, profesora asociada de la Universidad de Girona y directora de enfermería del Hospital Universitario Dr. Josep Trueta de Girona.

De izquierda a derecha: Dra. Font-Mayolas, Sra. Suñer, Dr. Leiter y Dr. Grau,
durante la celebración del seminario sobre Burnout.

En el programa divulgativo del seminario se resumía la filosofía del mismo con este texto: 

El burnout en los profesionales sanitarios, también conocido por síndrome de desgaste profesional, tiene una elevada repercusión social y es motivo de comentarios internos entre los profesionales. A pesar de tratarse de un constructo creado hace más de treinta años no ha conseguido una definición aceptada unánimemente. La definición más conocida proviene de una fuente empírica y ha adquirido su potencia al ser utilizado su instrumento de medida (Maslach Burnout Inventory) en la mayoría de los trabajos de investigación. La interpretación de los resultados ha podido inducir en ocasiones a una exageración de la prevalencia del Burnout.

En su génesis interviene un componente organizacional dependiente de las condiciones del trabajo y del clima laboral, y un componente personal en relación a la capacidad de afrontamiento, resistencia y resiliencia ante situaciones adversas inductoras de estrés mantenido. La implantación de las acciones de prevención y tratamiento en las instituciones sanitarias ha sido desigual.

La finalidad de este seminario es revisar la historia evolutiva del concepto Burnout, profundizar en sus instrumentos de medida, valorar su prevalencia, identificar los factores asociados, conocer cual es la opinión de la sociedad sobre el fenómeno del Burnout, actualizar los conocimientos sobre su prevención y tratamiento, así como proporcionar unas técnicas para incrementar habilidades personales que pueden proteger del Burnout.
Estos contenidos son de interés para los profesionales sanitarios y también para la sociedad en general, ya que el estado de salud de los cuidadores influye sobre la calidad de los servicios prestados a los usuarios de la sanidad.

El Dr. Bernardo Moreno, del departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la Universidad Autónoma de Madrid, realizó un recorrido por la historia del Burnout.

En la primera fase se produce su nacimiento en la década de los setenta del siglo pasado. <<El constructo académico del burnout recibe sus primeras formulaciones en la década de los setenta en Estados Unidos, en un contexto de replanteamiento de la sociedad de bienestar consecuencia de la primera gran crisis energética aparecida en 1973. En este marco, en un esfuerzo por atender con pocos medios y recursos las crisis de jóvenes con problemas de drogas y otros tipos de desajuste social, Herbert Freudenberger habla del burnout.>>. En 1981 Maslach y Jackson realizaron la definición del Burnout como modelo de un enfoque emocional en el marco de la psicología social.

Durante su conferencia Bernardo Moreno expuso las ventajas e inconvenientes del instrumento Maslach Burnout Inventory, y comentó: << Los años ochenta son de una clara hegemonia del MBI como instrumento y como teoría sobre otros modelos. Quizás con ello se pierden perspectivas más amplias sobre el burnout. Los modelos de Edelwich y Brodsky, el de Scott Meier, un verdadero modelo cognitivo conductual, el modelo complejo y procesual de Cary Cherniss o el de Ayala Pines sobre aspectos existenciales del burnout quedan como referencias eruditas ante la prevalencia del MBI y sus supuestos teóricos de base>>.

En la década de los años noventa se extiende el burnout a todo tipo de profesiones, y no solamente a las asistenciales. En 1996 aparece la versión MBI-General Survey con una  nueva formulación que incluye Cinismo y Eficacia Personal. Un año más tarde la atención se desplaza hacia los factores precursores del burnout.
Los años 2000 son años de grandes cambios para el estudio del burnout. Un ejemplo de ello es el enfoque positivo apareciendo la dimensión opuesta al burnout, el “Engagement”, cuyo modelo es operativizado principalmente por Wilmar Schaufeli.


El Dr. Pedro R. Gil-Monte de la Universidad de Valencia ofreció una conferencia sobre “Instrumentos de medida del Burnout y su interpretación”

En su inició, realizó una contextualización y breve definición del fenómeno de Burnout o Síndrome de quemarse por el trabajo (SQT).

Explicó que << la necesidad de estudiar el SQT, entendido como una patología derivada del trabajo, viene unida a la necesidad de estudiar el estrés laboral como precursor del deterioro de la salud mental, así como al hincapié que las organizaciones han hecho sobre la necesidad de preocuparse más de la calidad de vida laboral que ofrecen a sus empleados.

El estrés laboral crónico puede progresar de diversas maneras, presentando una sintomatología más o menos heterogénea, hasta que se manifiestan sus consecuencias. En el caso de los profesionales que trabajan hacia personas este progreso adopta con bastante frecuencia, aunque no en todos los casos, la forma del SQT. El SQT, por tanto debe ser entendido como una respuesta al estrés laboral crónico>>.

A continuación, explicó como el diagnóstico y evaluación del SQT tiene una gran importancia aplicada. El instrumento utilizado con mayor frecuencia para medir el SQT, independientemente de las características ocupacionales de la muestra, es el "Maslach Burnout Inventory" (MBI) (Maslach y Jackson, 1981/1986).
Finalmente, explicó el cuestionario que han elaborado en la Universidad de Valencia: “Cuestionario para la Evaluación del Síndrome de Quemarse por el Trabajo” (CESQT), elaborado en la Unidad de Investigación Psicosocial de la Conducta Organizacional (UNIPSICO) (Gil-Monte, 2005a; Gil-Monte, Carretero, Roldán y Núñez-Román, 2005; Gil-Monte, García-Juesas, Núñez, Carretero,Roldán y Caro, 2006). Este instrumento está formado por 20 elementos que se valoran con una escala tipo Likert con 5 grados para evaluar la frecuencia con la que los individuos perciben los síntomas. Esta escala va de 0 (Nunca) a 4 (Muy frecuentemente: todos los días).

Los ítems se distribuyen en la siguientes 4 dimensiones (Gil-Monte, 2005a; 2007): 1. Ilusión por el trabajo (5 elementos). Esta dimensión se define como el deseo del individuo de alcanzar las metas laborales debido a que se percibe como una fuente de complacencia personal. 2. Desgaste psíquico (4 elementos). Se define como la aparición de agotamiento emocional y físico debido a que en el trabajo los individuos deben tratar a diario con personas que presentan o causan problemas. Esta dimensión es similar a la dimensión de “Agotamiento emocional” del MBI-HSS. 3. Indolencia (6 elementos). Se define como la aparición de actitudes negativas de indiferencia y cinismo hacia los clientes de la organización. Los individuos que puntúan alto en esta dimensión muestran insensibilidad y no se conmueven ante los problemas de los clientes. Esta dimensión es similar a la dimensión de “Despersonalización” del MBI-HSS. 4. Culpa (5 elementos). Se define como la aparición de sentimientos de culpa por el comportamiento y las actitudes negativas desarrolladas en el trabajo.
El Dr. Gil-Monte describió que los sentimientos de culpa también son un síntoma del SQT, de manera que cabe la posibilidad de identificar, al menos, dos perfiles en el desarrollo del síndrome (un perfil sin culpa y otro con culpa).


El Dr. Armand Grau, médico especialista en medicina interna e investigador de psicología de la salud,  disertó sobre la prevalencia del burnout y comentó <<Actualmente no existen unos criterios diagnósticos definidos para el síndrome de burnout que diferencien el caso de burnout de quién no lo padece, es decir que nos clarifique quién está afectado por el síndrome. Esta deficiencia plantea una dificultad para la estimación de la prevalencia del burnout>>.

La cuantificación del burnout se puede realizar mediante el uso de cuestionarios como instrumentos de medida. Existen diversos cuestionarios para medir el burnout pero el más utilizado es el Maslach Burnout Inventory (MBI). <<Una manera de proporcionar los resultados del MBI es clasificando a los encuestados en tres niveles para cada una de las tres dimensiones que lo componen. El valor expresa el porcentaje de personas que son clasificadas en el nivel bajo, medio o alto de cada dimensión. La clasificación dependerá del punto de corte aplicado para cada nivel. La división en tres niveles se realiza según los valores de los tertiles obtenidos en estudios previos sobre el burnout y que se aplican como valores de referencia>>. Grau dudó de la validez de los puntos de corte aplicados porque <<la población normativa no cumple las mínimas condiciones de selección, tamaño y representatividad para ser considerada de referencia>> y mostró su desacuerdo con la división de los niveles por criterios estadísticos utilizando los tertiles <<con este método, el porcentaje de participantes del estudio que se  espera sean clasificados como de nivel alto en cada dimensión será cercano al 33%, si sus valores se aproximan a la población normativa de referencia, favoreciendo una sobredimensión de la presencia de la patología estudiada>> siendo partidario de que el punto de corte se realice según la frecuencia con que se tienen las percepciones valoradas en el MBI y la correspondencia con criterios clínicos. Para ejemplificar sus explicaciones utilizó datos preliminares del estudio sobre Burnout en Latinoamérica realizado a través de la web Intramed.

También comentó la variabilidad de la literatura científica para considerar una persona afectada por el síndrome de Burnout <<puede ser aquel participante clasificado como de nivel alto en las tres dimensiones de burnout, o pueden bastar dos, o exigir que tenga el nivel alto en una sola dimensión>>.

 

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