Manejo clínico | 30 MAY 07

Evaluación y tratamiento de la depresión en atención primaria

La mayoría de los pacientes depresivos pueden ser tratados adecuadamente en el ambito de la atención primaria.
Autor/a: Gelenberg AJ, Hopkins HS  American Journal of Medicine 120(2):105-108, Feb 2007

La depresión es un trastorno que no siempre se comprende adecuadamente. Tanto los pacientes como los familiares pueden utilizar la palabra “depresión” con diferentes significados. A su vez, los médicos utilizan este término sin un significado consensuado. La depresión es un estado de ánimo patológico y dominante. Los pacientes tienen una visión negativa de sí mismos, del mundo y del futuro. Además, es frecuente observar un sentimiento de desesperanza, indefensión y desvalorización.

La depresión no es equivalente a la tristeza; con frecuencia, los pacientes que se recuperan de un cuadro depresivo refieren alivio al percibir la tristeza que normalmente sentían. La tristeza tiene una causa, es finita y no refleja la falta de valor personal característica de la depresión. Muchos pacientes depresivos se sienten incapaces para sentir tristeza u otro tipo de emoción. La magnitud y duración de la pena relacionada con una pérdida es, en general, proporcional a lo que se perdió y no se presenta con la constelación de síntomas característicos de la depresión.

Según datos provenientes de los EE.UU., el riesgo de trastorno depresivo mayor (TDM) a lo largo de la vida es del 16.2%. La recurrencia es habitual y aproximadamente un tercio de los pacientes presentan un cuadro crónico. Asimismo, la depresión es una de las causas mundiales más frecuentes de discapacidad que aumenta la mortalidad debido al empeoramiento de muchas entidades médicas y al suicidio. Por último, los pacientes depresivos utilizan con mayor frecuencia los servicios de salud y por lo general no se desempeñan adecuadamente en el ámbito laboral.

Síntomas

No todos los pacientes depresivos experimentan los mismos síntomas emocionales, somáticos y conductuales característicos de la depresión. Además, puede haber aumento o disminución de los síntomas pertenecientes a cualquiera de los dominios mencionados. Por ejemplo, el apetito y el sueño pueden estar aumentados o disminuidos. Además, la magnitud de los síntomas puede variar entre pacientes y en un mismo paciente con el transcurso del tiempo. El sufrimiento y la discapacidad se correlacionan con la gravedad de los síntomas.

El diagnóstico de depresión debe efectuarse según los criterios incluidos en la cuarta edición del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV). La depresión que dura menos de 2 semanas con frecuencia es transitoria. No obstante, ante síntomas graves o que ponen en peligro la vida del paciente es necesario iniciar tratamiento. La depresión que no reúne todos los criterios incluidos en el DSM-IV también puede ser clínicamente significativa y requerir intervención profesional, principalmente si la duración es prolongada.

Etiología

Actualmente, no se realiza la distinción entre depresión endógena y reactiva. Los investigadores siguen diferentes vías para tratar de entender la neurobiología de la depresión, pero los conocimientos existentes son limitados. Es probable que la vulnerabilidad individual para presentar depresión implique involucre la participación de múltiples genes. Las experiencias negativas pueden afectar la respuesta a circunstancias futuras de la vida y aumentar la probabilidad de presentar ansiedad o depresión. Se ha sugerido que la presencia de ciertos alelos y el antecedente de determinadas experiencias en las primeras etapas de la vida pueden predecir la respuesta a los antidepresivos o a la psicoterapia.

Diagnóstico

Algunos pacientes refieren a sus médicos que se sienten deprimidos. En otros casos, el que comunica la depresión es un familiar. A veces se utilizan términos como “fatiga” u otros síntomas físicos en reemplazo de la palabra “depresión”. Debe realizarse el diagnóstico diferencial con muchos trastornos metabólicos, tóxicos y neurológicos que pueden parecerse a la depresión, como la disfunción tiroidea y el abuso de sustancias o alcohol. La depresión es una entidad frecuente entre los pacientes con el cuadro de abuso de sustancias y, a su vez, los pacientes con trastornos del estado de ánimo duraderos frecuentemente abusan del consumo de alcohol o drogas.

Las deficiencias nutricionales o ciertos trastornos neurológicos como la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, el accidente cerebrovascular y la esclerosis múltiple pueden causar o presentarse como depresión. Si bien no existen análisis de laboratorio para detectarla, estos estudios pueden emplearse para descartar otras causas de síntomas depresivos. Este tipo de evaluación debe individualizarse para cada paciente según los antecedentes médicos. 

 

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