Importancia de la intervención | 31 ENE 07

Estilo de vida en pacientes con enfermedad coronaria y diabetes

Los pacientes con enfermedad coronaria y diabetes mellitus pueden realizar un programa de modificación del estilo de vida que determina la mejoría de los factores de riesgo coronarios
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No resulta claro si los pacientes con enfermedad coronaria (EC) y diabetes mellitus (DBT) pueden llevar a cabo cambios en su estilo de vida que determinen una mejoría similar en los factores de riesgo coronarios y en la calidad de vida en comparación con pacientes con EC sin DBT. Por ello, los autores realizaron un estudio en el que compararon datos de hombres y mujeres con EC y DBT (predominio de DBT tipo 2) con datos de pacientes sin DBT. Todos los individuos  participaron del Multicenter Lifestyle Demostration Project (MLDP) basado en intervenciones múltiples sobre el estilo de vida, en especial el ejercicio, la dieta y el manejo del estrés, que parece ser especialmente beneficioso en los pacientes con DBT.

Métodos

El objetivo principal del MLDP fue evaluar si los pacientes pueden evitar la revascularización mediante cambios importantes en el estilo de vida sin incremento en la tasa de los eventos cardíacos. Los pacientes fueron clasificados en 2 grupos: en el primero presentaban EC documentada por angiografía, de gravedad suficiente para requerir revascularización al ingreso al estudio, pero que optaron por las modificaciones en el estilo de vida. Los sujetos del grupo control fueron similares al grupo 1 de acuerdo con el cumplimiento de requisitos para el procedimiento, la edad, el sexo, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo y el puntaje cardíaco.

La comparación de ambos grupos mostró que 77% del grupo de intervención pudo evitar la revascularización por ≥ 3 años mediante las modificaciones en el estilo de vida sin incremento de los eventos cardíacos. El grupo 2 incluyó a pacientes previamente sometidos a revascularización coronaria o angioplastia coronaria transluminal percutánea y que se encontraban estables. Este estudio se concentró en los grupos de intervención, dado que en el grupo control sólo se evaluaron los eventos. El tamaño del grupo de intervención permitió la estratificación por estado de DBT.

Luego de la derivación al programa efectuada por sus médicos o determinación propia debido a la publicidad de los medios locales, se envió a los participantes una descripción de las actividades de recolección de datos y un cuestionario sobre historia clínica, que incluyera los medicamentos. Durante la primera entrevista se realizó una evaluación antropométrica y en la segunda se administraron cuestionarios psicosociales y conductuales e instrucciones para completar un diario alimentario; además, se realizó un perfil lipídico y una prueba de estrés en una cinta sinfín. A los 3 y 12 meses se reevaluaron variables médicas y conductuales y de calidad de vida.

Cuatrocientos cuarenta participantes con EC formaron el grupo de intervención: 347 eran hombres, 55 (15.9%) presentaban DBT, y 93 eran mujeres, 36 (38.7%) con DBT. El grupo con DBT comprendió 3 hombres y 6 mujeres con DBT tipo 1. Los participantes no fumaban y presentaban diagnóstico de EC y antecedente de revascularización coronaria o angioplastia transluminal percutánea.

Al ingreso y a los 3 y 12 meses se evaluó altura, peso, porcentaje de grasa corporal (pliegues cutáneos), presión arterial, angina de pecho, lípidos, lipoproteínas plasmáticas y capacidad de ejercicio (capacidad funcional evaluada por prueba de ejercicio escalonado limitado por síntomas mediante el protocolo de Bruce). Durante la prueba de ejercicio se calculó el gasto energético en MET (1 MET = 3.5 mg de oxígeno consumidos por minuto por kilogramo de peso corporal). La evaluación de la dieta se basó en un diario de comidas de 3 días. Por su parte, la calidad de vida fue examinada mediante el Medical Outcomes Study 36-item short-form health survey (MOS SF-36) al inicio y a los 3 y 12 meses. Para resumir los componentes físicos y mentales de esta escala se cuantificaron 2 puntajes combinados; los más elevados reflejaban una mejor calidad de vida. Previamente se ha informado la validez y confiabilidad de la información del MOS SF-36.

El programa de modificación en el estilo de vida comenzó con un seminario de orientación de 12 horas de duración realizado en el hospital durante 2 a 3 días, que comprendió conferencias y demostraciones (de cocina, por ejemplo). Luego, los pacientes concurrieron a sesiones de grupo 3 veces por semana durante 12 semanas. Dos de las 3 sesiones semanales se centraron en los componentes del programa en bloques de una hora, mientras que la tercera sesión semanal consistió en una hora de ejercicio aeróbico en cinta sinfín y una hora de conferencias para facilitar la adhesión al programa a largo plazo. Durante las 40 semanas siguientes, los pacientes continuaron con las reuniones grupales semanales.

Además, se les enseñó acerca del manejo del estrés.

Para evaluar la adhesión al programa de modificación del estilo de vida se evaluó la dieta como porcentaje de calorías provenientes de las grasas (sobre la base del diario alimentario de 3 días, meta 10%), el ejercicio en horas por semana (meta 3 horas por semana; recomendaciones del Colegio Americano de Medicina del Deporte), el manejo del estrés en horas por semanas (meta una hora/día) y la concurrencia al grupo de intervención por el número de sesiones realizadas dividido el número de sesiones ofrecidas.

Resultados

Respecto de las características iniciales, los pacientes con DBT no difirieron de aquellos que no presentaban esta enfermedad respecto de la edad, el nivel de educación, el estado civil y el apoyo de la pareja. Los pacientes con DBT presentaban menor probabilidad de tener empleo fuera del hogar en

 

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