Saber hacer | 22 NOV 06

¿Cómo se hace? Como se coloca una sonda vesical

Una serie de videos del New England Journal of Medicine.Indicaciones, contraindicaciones y técnica de colocación en ambos sexos.
Autor/a: NEJM 
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Referencias
Desarrollo
 
Duración: 15 minutos

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Formas de drenaje urinario por cateterización 
Cateterización vesical permanente, intermitente y suprapúbica.

Definición

Se denomina  catéter urinario a cualquier sonda que se introduce en el cuerpo para drenar y recolectar orina de la vejiga, cuando el sujeto es incapaz de vaciarla por sus propios medios. Los catéteres están  confeccionados de varios materiales, incluyendo algunos que contienen látex y otros que reemplazan el látex por siliconas. Son flexibles y, en general, se colocan en la vejiga a través de la uretra, aunque puede ser por vía percutánea, en la zona suprapúbica.

Indicaciones

La cateterización uretral puede ser diagnóstica o terapéutica. Las sondas pueden colocarse terapéuticamente para descomprimir la vejiga en pacientes con retención urinaria aguda o crónica debidas a obstrucción infravesical o vejiga neurogénica. También puede requerirse en pacientes con hematuria, acompañada de la irrigación de la sonda para eliminar la sangre y los coágulos de la vejiga. Como método diagnóstico, sirven para obtener muestras no contaminadas de orina para pruebas microbiológicas, medir la diuresis en pacientes graves o durante procedimientos quirúrgicos o el volumen residual después de la evacuación cuando no se dispone de métodos no invasivos como la ecografía.

Los catéteres no deben usarse en forma sistemática para la incontinencia urinaria. Es conveniente reemplazarlos por pañales, cateterización intermitente o catéteres peneanos, con el fin de evitar las complicaciones de la sonda permanente. En determinados pacientes puede ser útil la cirugía correctora o los agentes antimuscarínicos.

Causas de bloqueo del flujo urinario

  • Cálculos urinarios
  • Hipertrofia prostática
  • Coágulos en la vía urinaria
  • Estrechez uretral

Causas de retención urinaria

  • Medicamentos
  • Lesiones neurológicas de la vejiga

Cualquiera de estas causas puede ser un problema grave y poner en riesgo la vida si no es tratada inmediatamente. La incapacidad para vaciar la vejiga puede provocar retención urinaria, con la consiguiente presión retrógrada sobre los riñones e insuficiencia renal. La colocación de una sonda urinaria restablece el flujo vesical y disminuye la presión vesical. En general, el drenaje del catéter se recoge en una bolsa donde puede medirse la cantidad de orina.

Una sonda vesical permanente puede ser muy molesta. Antes de su colocación se aplica jalea de lidocaína local para anestesiar la uretra, tanto en adultos como en niños. La mayoría de las sondas se dejan por períodos cortos, hasta que el paciente recupera la micción sin asistencia. En general, se necesita cataterización urinaria después de la cirugía o durante una enfermedad aguda.

La necesidad de la sonda permanente (varios años) puede provenir de lesiones secuelares, enfermedades graves o edad avanzada. En estos casos, la sonda debe ser cambiada cada 6 semanas, para reducir la posibilidad de infecciones. El problema más importante de las sondas permanentes es la infección del tracto urinario. La bolsa recolectora de la sonda de Foley debe ser higienizada cada día. El cuidado del catéter implica el uso de un paño con agua jabonosa tibia. 

Contraindicaciones

La única contraindicación absoluta es la lesión de la uretra, confirmada o sospechada. Las lesiones uretrales suelen hallarse en pacientes con trauma o fractura de la pelvis. La lesión uretral se acompaña de sangre en el meato y hematuria macroscópica, hematoma perineal y, modificaciones de la próstata que pueden pasar inadvertidas por la presencia de una hematoma pélvico grande o porque el paciente se resiste al examen por dolor. Ante la sospecha de lesión uretral, previo a la colocación de la sonda se requiere una ecografía.

Las contraindicaciones relativas son la estrechez uretral, la cirugía reciente de la uretra o la vejiga y un paciente que se resiste o no colabora.

Preparación y equipamiento

  • Guantes de goma
  • Solución antiséptica
  • Paños estériles
  • Sonde de Foley
  • Lubricante estéril         

Kit para cateterización:

  • Fórceps y torundas de algodón
  • Agua estéril para infiltrar el balón
  • Sonda
  • Bolsa recolectora
  • Lidocaína viscosa
  • Tela adhesiva  y otro

Existen muchos tamaños y tipos de sondas. La sonda de Foley— de doble luz y punta recta— es la más usada. La sonda curva tiene una punta semirrígida que facilita la introducción en pacientes con hipertrofia prostática.  Las sondas de 3 vías tienen una entrada adicional para la irrigación de la vejiga. La mayoría de las sondas tienen un balón de retención en el extremo distal que, cuando se llena con agua impide que el catéter salga de la vejiga.

El tamaño apropiado para la mayoría de los hombres es el French 16 o 18. los catéteres más pequeños (12-14) son mejores para los pacientes con estrechez uretral, mientras que los de mayor calibre (20-24) pueden ser útiles en pacientes con hipertrofia prostática para evitar el enrollamiento cuando pasa por la uretra prostática. Las sondas más grandes también sirven para las hematurias macroscópicas, pues evitan la obstrucción de la luz por los coágulos y la consecuente retención urinaria. Muchos catéteres son de látex. Sin embargo, hay de siliconas (para los pacientes con sensibilidad o alergia al látex). Los catéteres con revestimiento de una aleación de plata resisten el crecimiento bacteriano pueden usarse en pacientes con riesgo elevado de infección.

Existen dos tipos de bolsas recolectoras. Una se ubica en la pierna, su tamaño es más pequeño y se ata con una banda elástica a la pierna. En general se usa durante el día, disimulada por los pantalones o las polleras y se vacía con facilidad en el baño. Otro tipo de recipiente recolector es un dispositivo más grande que drena por gravedad y se usa durante la noche. Se suele colgar en la cama o se coloca en el piso.

Procedimiento en varones

1. Inspeccionar el equipo y disponerlo en una mesa cerca de la cama.


2. Inflar el balón de retención momentáneamente para controlar su integridad y función de la válvula; unir el catéter al tubo que va a la bolsa recolectora.


3. Colocar al paciente en una camilla en posición supina y retraer el prepucio (en no circuncisos)


4. Inyectar 10 a 15 cm de lidocaína viscosa en el meato uretral (con una jeringa sin aguja), para anestesiar la mucosa y distender la uretra, facilitando así la cateterización. Oprimir la punta del pene unos minutos para permitir la acción de la lidocaína dentro de la uretra


5. Luego de limpiar la región púbica y la parte proximal de los muslos, se toma el cuerpo del pene con la mano no dominante, y se lo coloca en alto, perpendicular al plano del cuerpo del paciente. Esta mano es considerada no estéril y no debe abandonar el pene o tocar el  material estéril. Limpiar el glande en forma circular, usando torundas de algodón embebidas en el antiséptico.


6. Lubricar la punta del catéter con lidocaína viscosa antes de colocarlo. Si se usa una sonda curva, poner la punta hacia arriba (hora 12), para facilitar el pasaje alrededor del lóbulo medio de la próstata.


7. Introducir suavemente el catéter dentro del meato y avanzar con lentitud hacia la uretra proximal. Si se halla resistencia importante, no forzar el avance para evitar el trauma uretral. Puede hallarse resistencia a los 16 a 20 cm, coincidiendo con el esfínter externo. Se instruye al paciente para que relaje el esfínter y respire profundamente, para poder continuar con la maniobra.


8. Introducir el catéter hasta el nivel de la entrada para inflar el balón. La salida de orina por la sonda confirma su colocación correcta en la vejiga. Puede haber falta de flujo urinario si el catéter está obstruido por el lubricante o la vejiga está vacía. Se irriga el catéter con solución salina; la salida de orina o de la solución irrigada confirma la posición correcta del catéter.


9. Se infla el balón con 10 mL de agua (hay sondas con balones de diferente capacidad. Solo debe usarse agua, dado que el aire se pierde y la solución salina puede cristalizarse y alterar la función valvular u obstrucción de la luz. Es de gran importancia llenar el balón una vez que la sonda ha entrado por completo, para evitar la inflación uretral.


10. Tirar con suavidad del catéter hacia atrás para colocar al balón contra la pared vesical. Para evitar la parafimosis, asegurarse de que el prepucio sea colocado nuevamente en su posición anatómica

Procedimiento en mujeres

1. Inspeccionar el equipo.


2. Inflar el balón de retención momentáneamente para controlar su integridad y función de la válvula; unir el catéter al tubo que va a la bolsa recolectora.


3. Lavarse las manos. Usar betadina o un producto de limpieza para lavar la abertura de la uretra. Limpiar los labios y el meato uretral pasando la gasa de delante hacia atrás. Evitar la zona anal.


4. Usar guantes estériles.


5. Lubricar el catéter.


6. Separar los labios y localizar el meato.


7. Introducir con lentitud el catéter en el meato


8. Seguir introduciendo el catéter


9. Una vez que la orina fluye, seguir introduciendo el catéter unos d5 cm. Fijar en su lugar mediante el inflado del balón. Asegurarse que la sonda está en la vejiga. Si hay dolor cuando se infla el balón, detenerse. Desinflar el balón, introducir la sonda otros 5 cm e intentar de nuevo inflar el balón.


10. Fijar el catéter y unirlo a la bolsa de drenaje

Inconvenientes del procedimiento

En los pacientes con agradamiento prostático, la resistencia a la introducción de la sonda puede notarse a los 16 a 20 cm. Este problema se resuelve usando sondas curvas. Si no se dispone de sonda curva, se puede recurrir a una sonda de Foley, calibre 20 a 24. Si no se consigue pasar la sonda por fimosis severa o estenosis del meato, o la resistencia al pasaje de la sonda es muy importante, es necesaria la consulta con el urólogo. 

Si el catéter se enrolla en la uretra o aparece hematuria, puede haberse producido una perforación uretral. En este caso, se retira la sonda y se solicita la consulta con el urólogo.

Complicaciones

La infección urinaria es común luego de la cateterización, y aparece en el 3 a 10% de los pacientes, por día de permanencia de la sonda. Aunque muchas infecciones están limitadas a una bacteriuria asintomática, en algunos casos, aparecen pielonefritis, bacteriemia y sepsis urinaria. La ocurrencia de enfermedad grave o muerte es real; se ha comprobado que las infecciones urinarias nosocomiales prolongan tres días las internaciones hospitalarias y triplica la tasa de mortalidad en paciente sondados. Los pacientes con mayor riesgo de infecciones por catéter son los ancianos, los diabéticos y los pacientes con insuficiencia renal o enfermedades graves con riesgo de vida. La mejor manera de prevenir las infecciones del tracto urinario es evitar en lo posible las cateterizaciones. Cuando el procedimiento es inevitable, las medidas preventivas recaen en la asepsia durante la colocación, el mantenimiento de un sistema recolector cerrado y la reducción del tiempo de permanencia de la cateterización. 

El uso sistemático de profilaxis antibiótica no es beneficioso y favorece la proliferación de especies resistentes. Sin embargo, el tratamiento antibiótico está indicado en pacientes con alto riesgo de infección y en los que van a ser sometidos a ciertos procedimientos invasivos, como la resección transuretral de la próstata y el trasplante renal.

Otras complicaciones de la cateterización uretral son la parafimosis y el traumatismo de la uretra y la vejiga. En ocasiones, se hace imposible desinflar el balón, lo que obstruye la luz o altera la función de la válvula. En este último caso, cortando la rama lateral y eliminando la válvula puede resolver el problema. Si esto falla, está indicada la consulta con el urólogo, dado que el balón debe ser punzado mediante un abordaje suprapúbico bajo guía ecográfica. 

 

Comentarios

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