Cronobiología aplicada | 09 AGO 06

¿A qué hora se producen los infartos?

Análisis Circadiano de la Incidencia de Infarto de Miocardio en una Población Argentina y Uruguaya.
INDICE: 

La mayor susceptibilidad de los pacientes de Argentina y Uruguay al infarto durante el anochecer señala la existencia de variaciones significativas en el espectro de enfermedad cardiovascular entre diferentes regiones del mundo y provenientes de distintos grupos étnicos.

Introducción

Hace más de 50 años se demostró la existencia de un pico en la incidencia de infarto agudo de miocardio (IAM) en las horas de la mañana en una gran población industrial. Algunos estudios subsiguientes informaron una distribución circadiana no uniforme de eventos con un pico matutino y, a veces, un incremento leve al atardecer. También se han comunicado variaciones en la incidencia de enfermedad cardiovascular (ECV) entre diferentes regiones del mundo y grupos étnicos.

El objetivo del estudio consistió en investigar la incidencia de IAM a lo largo del día a partir de la información obtenida en la base de datos del estudio GEMICA, una investigación prospectiva, multicéntrica, aleatorizada, controlada con placebo y a doble ciego, diseñada para evaluar el efecto de la amiodarona sobre la mortalidad posterior al IAM en una población proveniente de Argentina y Uruguay.

Material y métodos

El GEMICA se inició en marzo de 1994 y finalizó en julio de 1995. Los pacientes provinieron de 63 centros de la Argentina y de 2 de Uruguay. Se registró a todo paciente internado dentro de las 24 horas luego del inicio del IAM. La incidencia de este infarto a lo largo del día se analizó en la población total y luego de dividirla en varios subgrupos mutualmente excluyentes: (1) > 70 años, < 70 años, (2) con síntomas previos o sin ellos, (3) con diabetes o sin ella, (4) IAM tipo Q o no Q, y (5) IAM de localización anterior o inferior. El período de 24 horas se dividió en intervalos de una hora. Los casos observados de inicio de IAM en cada intervalo se expresaron como porcentaje de la incidencia por hora (%/h) luego de la normalización de los datos mediante la división de los casos observados por N (el número de pacientes en la población total o en cada subgrupo).

Resultados

El grupo de 1 063 pacientes fue analizado como una población total y luego mediante la división en subgrupos excluyentes tal como se describió anteriormente. Se observó una incidencia mínima de IAM entre las 3 y las 7, la aparición del primer pico entre las 8 y las 12 y el segundo pico entre las 15 y las 22 horas. Este segundo pico apareció cerca de 12 horas después de la incidencia mínima de IAM. De este modo, esta observación fue compatible con una función cosinor. Además, el máximo matutino (entre las 8 y las 12) se asemeja a una campana simétrica localizada sobre el lado ascendente de la curva cosinor; de este modo, se agregó un componente gaussiano a la función.

La distribución bimodal adoptada depende de la existencia de diferencias significativas entre la mañana y el anochecer, la máxima y la mínima, observada antes del amanecer y temprano en la tarde. Para los intervalos de las 2 a las 7 y de las 8 a las 12, cada incidencia horaria de IAM difirió por más de un desvío estándar (DS) de la media diaria (4 + 2) %/h. En el caso de las 13 a las 24, la incidencia diaria mostró un mínimo entre las 13 y las 15 y un máximo entre las 16 y las 20 horas.

Se obtuvo una curva similar cuando el análisis se realizó sobre los distintos subgrupos. La incidencia máxima de IAM se halló a la mañana (8 a 13) y al anochecer (aproximadamente a las 18) con un nadir entre las 2 y las 7 y una mínima secundaria entre las 13 y las 15.

Discusión

Casi todos los eventos CV muestran un ritmo circadiano pronunciado, con la mayor frecuencia en la mañana, cuando los pacientes se despiertan, reanudan la posición de pie y comienzan las actividades, y un riesgo relativamente menor durante el sueño. Estos ritmos circadianos, aunque anclados genéticamente, se encuentran sincronizados y mantienen cierta relación con factores externos, en especial la etapa de transición entre el sueño y el despertar. Estas diferencias –predecibles en el tiempo, en el estado fisiopatológico del sistema CV– explican las variaciones rítmicas en la susceptibilidad de los seres humanos a eventos mórbidos y mortales.

Los resultados anteriores, que corr

 

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