Un estudio de la Women’s Health Initiative (WHI) | 08 MAR 06

Relación entre las dietas hipograsas y el cáncer invasivo de mama

Este trabajo aleatorizado a gran escala comprobó que la dieta hipograsa en mujeres posmenopáusicas no produce una disminución estadísticamente significativa del riesgo de cáncer invasivo de mama.
Autor/a: Ross L. Prentice, Bette Caan, Rowan T. Chlebowski, Ruth Patterson, y otros Fuente: Comentario y resumen objetivo: Dra. Marta Papponetti JAMA. 295(6):629-642. 8 de febrero de 2006
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Bibliografía
Desarrollo

La hipótesis de que una dieta hipograsa puede reducir el riesgo de cáncer de mama data ya de varias décadas, y se basa en los resultados de la experimentación en roedores y la comparación entre países con consumo elevado de grasas. Sin embargo, dicen los autores, los estudios con casos control y de cohorte han brindado resultados mixtos. Un metaanálisis de 12 estudios internacionales con control de casos dio como resultado una asociación positiva significativa entre la ingesta grasa y el cáncer de mama, con riesgos relativos entre 1 y 1,46. Por el contrario, dicen los autores, el análisis de 17 estudios de cohorte realizados en países occidentales no comprobó dicha asociación. Un metaanálisis reciente, en el que se incluyeron casos control y de cohorte, que comparó grupos con ingesta grasa baja y elevada, informó un riesgo relativo de cáncer de mama de 1,13.

Estos resultados dispares pueden reflejar las limitaciones de los métodos de evaluación de la dieta utilizados. Un estudio nuevo informó una asociación positiva significativa entre la ingesta de grasa y la incidencia de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas, pero solo cuando la dieta fue analizada a través del registro diario de alimentos en lugar del cuestionario de frecuencia de comidas que se utiliza en la mayoría de los estudios con análisis epidemiológico. Trabajos aleatorizados y controlados previos demostraron la posibilidad de hacer una reducción de la grasa de la dieta en mujeres posmenopáusicas sanas incluidas en un trabajo multicéntrico. Otros trabajos con intervenciones en menor escala destinados a demostrar la reducción de los niveles séricos de estradiol en mujeres que siguen dietas hipograsas y estudios de observación han relacionado la dieta hipograsa con hipoestrogenemia y riesgo bajo de cáncer de mama.

Las investigaciones de observación sobre el consumo de vegetales y frutas en relación con la incidencia del cáncer de mama también dieron resultados contradictorios. Algunos análisis informan una asociación con la ingesta de vegetales pero no de frutas, asociación que se hizo más evidente en los estudios de control de casos que en los de cohorte. Asimismo, los metaanálisis de estudios con control de casos informan una incidencia de cáncer de mama algo inferior cuando el nivel de consumo de granos. Sin embargo, un estudio reciente, con una cohorte importante, no comprobó dicha asociación. Una vez más, prosiguen, “la discordancia podría deberse a un error en la estimación de la dieta, como así a otros factores de error, como errores en el registro de los estudios con control de casos.”

La Women’s Health Initiative (WHI) comenzó el estudio en 1992 e incluyó un trabajo controlado y aleatorizado a gran escala, con una modificación dietética consistente en el consumo de una cantidad reducida de grasas (20% del valor calórico) y un aumento de los vegetales y las frutas (5 porciones/día) y granos (6 porciones/día), referidos aquí como dieta hipograsa. Los resultados principales del estudio estuvieron referidos a las incidencias de cáncer de mama y de cáncer colorrectal mientras que la enfermedad coronaria fue el segundo punto final. Este trabajo de intervención con modificación de la dieta es el primero que evalúa en forma directa los beneficios y los riesgos sobre la salud de un régimen dietético hipograso.

Objetivo

Evaluar los efectos de un régimen dietario hipograso sobre la incidencia del cáncer de mama.

Métodos

Se realizó un estudio aleatorizado, controlado, en 40 centros asistenciales de Estados Unidos, desde 1993 hasta 2005. Se incluyeron 48.835 mujeres posmenopáusicas de 50 a 79 años, sin antecedentes de cáncer de mama, correspondiendo el 18,6% de las pacientes a una minoría de raza y etnia.

El grupo en estudio, con modificación dietética, incluyó al 40% de las mujeres (n = 19.451) correspondiendo el 60% (n = 29.294) restante al grupo control. La intervención estuvo dirigida a realizar modificaciones en la dieta alimentaria con el objeto de reducir la ingesta total de grasa diaria al 20% del valor calórico y aumentar el consumo de vegetales y frutas  ¾al menos 5 porciones diarias, y 6 porciones diarias de granos. El grupo control no modificó su dieta habitual.

Las pacientes fueron informadas que podían ser incluidas al azar en el grupo de intervención y/o terapia de reemplazo hormonal (estrógenos solo, para mujeres histerectomizadas, o estrógeno más progestina para mujeres con útero). Este tratamiento fue suspendido tempranamente e informados los resultados.

Se excluyeron mujeres con antecedentes de cáncer de mama, colorrectal y otros, excepto cáncer de piel no melanoma, aparecidos en los últimos 10 años; enfermedades con pronósticos de vida inferior a 3 años, problemas de adherencia o colaboración (alcoholismo, demencia) o una dieta habitual con una ingesta grasa diaria inferior al 32% del valor calórico total. 

Se calculó la incidencia de cáncer de mama invasivo, mediante una mamografía basal seguida de otras cada 2 años. También se realizaron controles referentes a cáncer colorrectal, enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular, más detallados en el original.

En el diseño del estudio, se aceptó como un supuesto que el riesgo de cáncer de mama tenía concordancia lineal con el porcentaje de calorías grasas de la dieta habitual: un 50% menos de incidencia de cáncer de mama en mujeres con dietas consistentes en el 20% de calorías grasas comparado con las que seguían una dieta con 40% de calorías grasas. Estos supuestos también especifican que se podría alcanzar una reducción del riesgo lineal, durante un período de intervención de 10 años, basado en el seguimiento de una dieta hipograsa. También se aceptó la adherencia a la modificación dietética sobre la base de estudios previos.

Las comparaciones cuantitativas de los índices de eventos entre el grupo en estudio y el grupo control se presentan como HR (del inglés: hazard ratioi; relación de riesgo). El HR estimado en las mujeres que cumplieron con la dieta es de gran interés para los autores. Debido a la dificultad para evaluar el cumplimiento alimentario individual, los autores prefirieron definir la adherencia en términos de participación en las actividades del estudio y otros factores, como

 

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