La anemia por deficiencia de hierro (ADH) es el problema nutricional más común en el ámbito de la salud pública en todo el mundo. La ADH es muy frecuente en niños pequeños, esencialmente por el bajo contenido de hierro biodisponible en la dieta de los infantes y porque el rápido crecimiento exige gran demanda de hierro. La deficiencia se asocia con consecuencias graves, que exceden las alteraciones hematológicas; es causa de trastornos cognitivos y del desarrollo psicomotor y de descenso de la resistencia frente a infecciones. Según los datos del estudio ICMR de 1977, la prevalencia de ADH en niños de menos de 3 años y en los de 3 a 6 años es del 63% y del 44%, respectivamente, al aplicar un umbral de hemoglobina de 10.8 g/dl en la definición de anemia. Otra investigación realizada en 1992 encontró que los niños de 1 a 3 años eran los más afectados por ADH, con una prevalencia del 63% en pacientes de 12 a 23 meses, del 67% en aquellos de 24 a 35 meses y del 27% al 44% en los niños de 3 a 5 años. Más recientemente, los resultados del NFHS-2 (1998-1999) revelaron que 74% de los niños de 6 a 35 meses de edad son anémicos.
Requerimientos de hierro y dosis
La demanda total de hierro permanece prácticamente constante, en alrededor de 0.7 mg por día en niños de hasta 18 meses de vida; no depende del peso corporal. Si se considera una absorción cercana al 5% (una estimación muy conservadora), una dosis oral de hierro de 12.5 mg aportaría 0.625 mg de hierro absorbido, lo cual equivale a 2.5 mg/kg para un niño de 6 meses de vida (5 kg en promedio de peso corporal); a 1.6 mg/ kg para uno de 12 meses (con un peso promedio de 8 kg) y a 1.2 mg/kg para uno de 18 meses de vida con un peso corporal promedio de 12 kg. Por lo tanto, una dosis de 12.5 mg cubriría casi el 90% de los requerimientos estimados de hierro para niños de 6 a 12 meses. Desde el punto de vista terapéutico, la respuesta hematológica adecuada y segura se espera en 4 a 6 semanas de tratamiento con 3 mg de hierro elemental/kg/día. No obstante, en un programa profiláctico se consideran apropiados entre 1 y 2 mg/kg/día.
Prevención de la ADH
Los cuatro principios básicos en este contexto incluyen: 1) aporte de hierro medicinal; 2) modificaciones nutricionales; 3) control de las infecciones y 4) fortificación de los alimentos con hierro. El primero de estos puntos tiene la ventaja de producir mejorías rápidas en el estado férrico del organismo.
Suplementos con hierro farmacológico
Cuando es necesario este enfoque, el tratamiento de elección es la administración oral de sales de hierro. La forma más práctica de hacerlo en niños pequeños es mediante el uso de soluciones acuosas de sulfato ferroso o mediante un complejo férrico de hierro más polimaltosa.
Naturaleza de los preparados
En niños deben utilizarse preparados líquidos, en forma de gotas de una solución concentrada o jarabe. Cada gota equivale a 0.05 ml mientras que una cuchara de té llena equivale a 5 ml. Dado que la dosis diaria es de 12.5 mg, deben administrarse 10 gotas de una solución con 25 mg de hierro por ml o una cuchara de té de un jarabe con 2.5 mg de hierro por ml. Las&
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