Colecistectomía laparoscópica y colangiografía operatoria | 02 FEB 05

Resultados de la colecistectomía sin colangiografía intraoperatoria

Los cirujanos han reconocido por años que el manejo de la coledocolitiasis asociada en el momento de una colecistectomía puede ser una fuente potencial de dificultades.
Autor/a: Dr. Lorimer JW Can J Surg 2004; 47(5): 343-346
INDICE:  1. Desarrollo | 2. Discusión | 3. Bibliografía
Discusión

Los cirujanos han reconocido por años que el manejo de la CDL asociada en el momento de una CC puede ser una fuente potencial de dificultades. Históricamente, la exploración del CBC proveía no sólo la mejor certeza de la limpieza del conducto, sino también la mejor esperanza de que las  reoperaciones por los cálculos retenidos podrían ser evitadas: las indicaciones clínicas para la exploración del CBC ya estaban bien establecidas para el año 1958 [1]. La CIO fue descrita en 1931 [2] y en la práctica norteamericana parece haberse establecido para la detección de cálculos biliares para el año 1960 [3], cuando muchas de las indicaciones precedentes para la exploración se volvieron indicaciones de la CIO. Para 1980, un rol secundario de la CIO había sido postulado en la prevención o en el reconocimiento temprano de injurias del conducto biliar que ocurrían en el momento de una CC [4,5]. Las recomendaciones de CIO de rutina para prevenir tales lesiones han continuado en la era laparoscópica [6], aunque está práctica sigue sin comprobarse y sigue siendo debatida.

Desde la introducción de la CIO, muchos otros cambios han tenido lugar en el manejo de la colelitiasis y de la CDL y el rol tradicional de la CIO puede requerir una reevaluación en el contexto de prácticas más nuevas y a veces competidoras. La ecografía se ha vuelto el medio estándar de investigación del tracto biliar [7]. Ahora se puede entender más sobre las posibilidades de una migración espontánea de los cálculos, especialmente de aquellos pequeños y en la pancreatitis biliar [8,9]. La extracción percutánea a través del Kehr permitió el tratamiento no operatorio de algunos casos de piedras retenidas después de la CC [10]. La introducción de la CPER y de la EE [11,12] permitió el dibujo del conducto y la remoción sin cirugía en una amplia variedad de situaciones clínicas. La CL ha reemplazado a la operación abierta. La exploración laparoscópica del CBC ha sido descrita [13], aunque no ha sido adoptada ampliamente. La introducción de la colangiografía por resonancia magnética en la década de 1990 [14] ha brindado una imagen del CBC comparable a aquella de la CPER y promete reducir los colangiogramas invasivos tanto como a la mitad [15].

La CC sigue siendo uno de los procedimientos quirúrgicos más comúnmente realizados. Por esta razón aún las variaciones menores en la técnica pueden tener una gran importancia si afectan las mediciones de resultados como el costo, el tiempo operatorio o la seguridad del paciente. Dada la controversia actual sobre cuándo y cuán a menudo realizar la CIO, es probable que ninguna diferencia tremenda en los resultados acompañe a las variaciones de la práctica actual y que la elección del cirujano continúe basándose en lo que le enseñaron, en las creencias individuales y en los recursos locales.

Es difícil determinar un estándar de cuidado contemporáneo verdadero y, de hecho, tal estándar puede no existir. La variación geográfica es evidente; por ejemplo, en Francia se dice que la CIO es obligatoria y que su omisión representa casi mala praxis [16].
Aún antes de la introducción de la CL, algunos cirujanos claramente no utilizaban la CIO [17]. Con la CL, se ha publicado respaldo para el no uso [18,19], uso selectivo [20,21] y uso de rutina de la CIO [22,23]. Todos los partidarios de cualquiera estas posiciones creen que sus métodos son satisfactorios para manejar la CDL asociada y para prevenir o reconocer las lesiones iatrogénicas del conducto biliar. Parecen haber sólo 5 pequeños estudios randomizados en la literatura comparando la CIO de rutina en CC con un no uso o un uso selectivo; éstos no encontraron grandes diferencias en los resultados y generalmente respaldaban un abordaje selectivo [24-28].

Las complicaciones asociadas con la CIO son poco comunes, aunque se han alzado ciertas preocupaciones sobre su uso pequeños conductos [29] y su realización ciertamente lleva a un modesto alargue del

 

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