Según un estudio de diez años en chicos de barrios periféricos de La Plata | 26 DIC 02

La estimulación incide tanto en el intelecto como la nutrición

Para los investigadores, el desarrollo cognitivo responde a ambas variables. Se evaluó el nivel intelectual de chicos de hogares con pobreza estructural. Unos habían sufrido desnutrición temprana y otros no. Pero todos mostraron retrasos.
Un estudio que comparó chicos con problemas nutricionales con otros que convivían en el mismo hábitat, pero no habían sufrido desnutrición, determinó que ambos grupos presentaban bajo nivel de cociente intelectual y pobre desempeño escolar.

El trabajo, que se basó en el seguimiento durante diez años de 100 chicos de barrios periféricos provenientes de hogares con niveles de pobreza estructural de esta ciudad que padecieron desnutrición en sus primeros dos años de vida, también reveló que el nivel de cociente intelectual y el desempeño escolar del grupo mejoró sensiblemente al recibir apoyo nutricional y estímulos cognitivos y afectivos, aunque volvió a caer al discontinuar esas medidas de contención.

El trabajo fue realizado por el Centro de Estudios de Rehabilitación Nutricional y Desarrollo Infantil (Ceren), un grupo interdisciplinario dedicado a investigación y asistencia que depende de la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) de la provincia de Buenos Aires.

El equipo de investigadores, comandado por la doctora María Adela Rodrigo, comenzó, en 1985, a estudiar a 100 casos de chicos con desnutrición temprana que eran tratados en la Unidad de Rehabilitación Nutricional del Hospital Sor María Ludovica de esta ciudad. En promedio, los chicos tratados recuperaron su peso en menos de cuatro meses.

"El primer resultado que arrojó el trabajo es haber demostrado que el desarrollo psicológico e intelectual infantil no está determinado solamente por la cuestión alimentaria, sino que intervienen otras variables socioambientales, entre ellas algunas determinantes, como las condiciones de vida y las formas de crianza", explicó Rodrigo a LA NACION. Para la experta, la mala alimentación constituye "un indicador sensible y temprano de inadecuadas condiciones de vida".

Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de comparar los guarismos del grupo experimental con los de hermanos de esos chicos que no habían sufrido desnutrición. Entonces observaron que ambos grupos ostentaban niveles similares de cociente intelectual cuyo parámetro se ubicó en 76,04 puntos sobre los 100 que corresponden a lo considerado normal en base al test de Terman-Merril. Por
 

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