Lo analizan dos especialistas del CONICET | 08 ABR 24

Pros y contras de la exposición de las infancias a las pantallas

El médico Sergio Terrasa y la psicóloga Olga Peralta exploran el uso de tecnologías en los primeros años de vida.


Especialistas del CONICET analizan ventajas y desventajas de la exposición de niños y niñas a las pantallas de los dispositivos electrónicos. Ilustración: Daniela García

Los dispositivos electrónicos –celulares, computadoras, tablets- pueden ser aliados para que las infancias utilicen en momentos como vacaciones, traslados en auto o esperas en consultorios médicos; incluso, en plena pandemia del coronavirus, fueron el medio que permitió sostener procesos de enseñanza y socialización. Pero su uso cotidiano presenta un dilema difícil de resolver para muchas personas: ¿qué tan recomendable es utilizar tecnología y pantallas en edades tempranas? ¿Cuáles son los efectos de esa exposición? “Así como antes las generaciones más viejas nos criábamos con libros, las infancias de ahora se crían con tecnología. Es parte de la cultura. Cuando las infancias actuales lleguen a la adultez cambiará nuevamente la tecnología, vendrán nuevos medios, pero creo que hoy el desafío es enseñar y guiar a las infancias a apropiarse de la tecnología de un modo que sea constructivo y no alienante”, asegura Olga Peralta, psicóloga del CONICET especializada en la interacción entre adultos y niños mediada por imágenes impresas y digitales.

Diversos organismos de salud, como la Academia Americana de Pediatría (AAP), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), emitieron recomendaciones sobre el uso de estas herramientas para edades tempranas. “En línea con las recomendaciones de la SAP, sabemos que no es conveniente un uso cotidiano de las pantallas en niños menores de 2 años. No solo por cuestiones psicosociales y lingüísticas, sino de desarrollo motor y general de los chicos, y especialmente por el desarrollo neurológico, que puede verse afectado”, señala Peralta. “A partir de los 24 meses, se recomienda que los niños pequeños usen la pantalla acompañados por algún adulto. No hay pantalla interactiva que suplante la interacción entre seres humanos. Está ampliamente demostrado que el uso educativo de las pantallas tan en boga, que es muy bueno, no suplanta lo analógico o a los materiales concretos, sino que viene a complementarlos. En síntesis, el desarrollo y la apropiación de tecnologías es un proceso en permanente construcción, que requiere de constantes actualizaciones”, advierte la científica, cuyo lugar de trabajo es el Instituto Rosario de Investigaciones en Ciencias de la Educación (IRICE) y en 2023 publicó el estudio Infancia y pantallas: un estudio sobre tenencia, hábitos y percepción en el uso de tecnologías en una muestra de hogares, realizado junto a las científicas Mariana Sartori y Gabriela Raynaudo.

En dicho estudio, las científicas indagaron en las actividades que los niños realizan con dispositivos móviles, como tablets y smartphones y encontraron, sobre todo, “que la mayoría los utiliza para mirar videos y jugar. En menor proporción, mirar TV, usar aplicaciones, leer o que les lean, mientras que algunos pocos niños no usan estas herramientas”. Estos usos cobraron especial relevancia en la pospandemia del COVID-19, ya que durante la etapa de confinamiento los dispositivos tecnológicos se constituyeron como un medio privilegiado para sostener actividades sociales y educativas. “Actualmente, los especialistas enfatizan la necesidad de supervisar la calidad del contenido y el contexto en que las infancias emplean estas herramientas y no sólo el tiempo de uso. Se destaca, fundamentalmente, la guía adulta como elemento clave para regular el acceso y evitar la exposición a contenidos inapropiados”, aseguran las científicas en el estudio.

Justamente a partir del auge en el uso de pantallas durante la pandemia del coronavirus, el médico del CONICET Sergio Terrasa en conjunto con un equipo de investigación que se desempeña en el Servicio de Medicina Familiar y Comunitaria del Hospital Italiano de Buenos Aires y el Instituto Universitario Hospital Italiano se planteó la necesidad de llevar adelante una investigación sobre Exposición a pantallas en niñas, niños y adolescentes: recomendaciones, límites y controversias en el marco del distanciamiento social obligatorio. Un estudio cualitativo. “En 2019 ya nos venía llamando la atención que las principales guías de las asociaciones médicas que se encargan de dar recomendaciones sobre salud infantil restringieran el uso de pantallas durante la crianza. Si bien había matices en las recomendaciones, la mayoría de ellas recomendaba limitar su uso a no más de dos horas por día”, recuerda Terrasa. “Sin embargo, muchas de las recomendaciones venían desde la época en que las principales pantallas disponibles eran las de la televisión, sin que estas recomendaciones tomaran en cuenta los aspectos vinculados con la estimulación cognitiva, especialmente en un mundo donde cada vez cobra más importancia la alfabetización digital”, advierte el autor del trabajo junto con Diego Terceiro, Leticia Gavoto, Camila Volij y Vilda Discacciati.

 

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