Actualización a partir de los interrogantes clave | 04 SEP 23

Miastenia gravis: preguntas frecuentes

Una enfermedad de difícil diagnóstico clínico que suele tratarse con piridostigmina, inmunoterapia y timectomía. Los avances terapéuticos son promisorios.
Autor/a: John A Morren, Yuebing Li Cleve Clin J Med 2023 Feb 1;90(2):103-113
Aspectos destacados:

 • El diagnóstico a menudo comienza con pruebas de anticuerpos, mientras que las pruebas de electrodiagnóstico son útiles en pacientes seleccionados.

 • La piridostigmina se administra a pacientes con síntomas leves o como terapia auxiliar para aquellos con enfermedad más grave.

 • Los corticosteroides y los agentes ahorradores de corticosteroides se indican en función de una variedad de características del paciente.

 • La timectomía se reserva principalmente para pacientes más jóvenes con miastenia gravis generalizada con anticuerpos contra el receptor de acetilcolina positivos.


Introducción:

La miastenia gravis es un trastorno neuromuscular autoinmune crónico que causa debilidad del músculo esquelético. Su fisiopatología implica una pérdida de la función del receptor de acetilcolina (AChR) en la unión neuromuscular.

Es más probable que ciertos grupos de músculos esqueléticos estén involucrados que otros, pero el patrón varía ampliamente entre los pacientes y depende del curso clínico individual. En consecuencia, la miastenia gravis generalmente se clasifica como ocular (en la que la debilidad se limita a los músculos oculares extrínsecos y al elevador del párpado superior) o generalizada (en la que están involucrados músculos más allá de los de la forma ocular, incluidos los de las extremidades, el músculo bulbar y la región orofaríngea, y los músculos de la respiración).

Las siguientes 12 preguntas y respuestas frecuentes tienen como objetivo proporcionar información actualizada, de alto rendimiento y clínicamente relevante sobre la miastenia gravis.

1- ¿Qué poblaciones están en riesgo?

Los parientes de primer grado de las personas con miastenia gravis tienen un mayor riesgo no solo de miastenia gravis, sino también de otras enfermedades autoinmunes. La enfermedad tiroidea (tiroiditis de Hashimoto, enfermedad de Graves) es la más frecuente, seguida de la artritis reumatoide.

La enfermedad puede aparecer a cualquier edad, pero el inicio tiene una distribución bimodal, con el primer pico en pacientes en la adolescencia y los 20 años, y el segundo pico en pacientes de 50 y 60 años. La edad de inicio ha aumentado progresivamente, junto con la proporción de hombres, por lo que la preponderancia de mujeres es cada vez menor.

2- ¿Cuándo debe pensar un clínico en este diagnóstico?

Piense en la miastenia gravis cuando un paciente tiene debilidad y fatiga, especialmente de los músculos oculares que produce diplopía variable, ptosis y cierre ocular débil. Estas son las características clínicas centrales.

La debilidad muscular fluctúa, empeorando clásicamente con la actividad física sostenida o repetitiva, al anochecer o durante la noche y mejorando con el reposo. En brazos y piernas, la debilidad suele afectar más a los músculos proximales que a los distales. En la boca y el cuello, se puede observar debilidad bulbar prominente, que incluye disartria, habla nasal, disfagia, control deficiente de la saliva, dificultad para masticar y debilidad del cuello.

Es importante señalar que los pacientes  generalmente no tienen síntomas sensoriales o de dolor, disfunción intestinal o vesical, ni cambios en el estado mental o la cognición. Además, los reflejos tendinosos profundos suelen estar intactos. La tabla 1 enumera los trastornos comunes en el diagnóstico diferencial de la miastenia gravis y sus características distintivas.

Trastorno Similitudes con miastenia gravis Diferencias con miastenia gravis
Síndrome de Lambert-Eaton Debilidad y fatiga Características oculares u oculobulbares menos
Prominentes.
Arreflexia o hiporreflexia.
Características autonómicas (boca seca, disfunción eréctil).
Anticuerpo positivo contra el canal de calcio dependiente de voltaje P/Q.
La prueba de estimulación nerviosa repetitiva de alta frecuencia muestra una respuesta incremental.
Botulismo Hallazgos oculares (diplopía y ptosis), disfunción bulbar, debilidad generalizada Ataque agudo, posible antecedente de intoxicación alimentaria.
Parálisis descendente.
Dilatación de la pupila (midriasis).
Disfunción autonómica prominente.
Curso monofásico.
La prueba de estimulación nerviosa repetitiva de alta frecuencia muestra una respuesta incremental.
Esclerosis Lateral amiotrófica Disfunción bulbar y debilidad Curso progresivo lento.
Sin hallazgos oculares.
Los síntomas no fluctúan.
Hallazgos de disfunción de la neurona motora superior (p. ej., hiperreflexia, espasticidad).
Electromiografía que muestra denervación  prominente activa y crónica o reinervación, o ambas.
Miopatía Debilidad de extremidades proximales Ausencia relativa de hallazgos oculares.
Los síntomas no fluctúan.
Elevación de creatina quinasa y presencia de anticuerpos específicos de miositis en casos de miositis autoinmune o inflamatoria.
La prueba de estimulación nerviosa repetitiva es normal, mientras que la aguja de la electromiografía muestra potenciales de unidad motora polifásicos de corta duración y baja amplitud, con o sin actividad espontánea anormal.
Síndrome de Guillain-Barré y polirradiculoneuropatía desmielinizante inflamatoria crónica Debilidad generalizada Síntomas sensoriales como dolor y parestesia.
Los síntomas no fluctúan.
Hiporreflexia o arreflexia
El líquido cefalorraquídeo tiene elevación de proteínas, pleocitosis no significativa.
Los estudios de conducción nerviosa revelan hallazgos consistentes con desmielinización.
Enfermedad ocular de la tiroides Diplopía La ptosis es poco frecuente.
Los síntomas no fluctúan.
Otros hallazgos oculares como edema, enrojecimiento, inyección conjuntival y exoftalmos.
Resonancia magnética que muestra ampliación de tejido extraocular.
Distrofia muscular oculofaringea Ptosis, diplopía, disfagia Curso lentamente progresivo.
Ausencia de fluctuación sintomática.
Ausencia relativa de debilidad prominente en las extremidades. Elevación de la creatina quinasa.
Mutaciones en el gen PABPN1; en su mayoría patrón de herencia autosómico dominante.

TABLA 1. Características clave que distinguen a la miastenia gravis de otros diagnósticos comunes.

3- ¿Qué pruebas deben solicitarse?

Primero se solicitan pruebas de anticuerpos, seguidas en algunos pacientes por electrodiagnóstico y otras pruebas.

Pruebas de anticuerpos

Las pruebas diagnósticas de primera línea suelen ser serológicas.

Anticuerpo anti-AChR es altamente específico (>90%) y muy sensible (hasta alrededor del 85%) en aquellos con miastenia gravis generalizada.

Anticuerpos anti-MuSK. En pacientes con miastenia gravis que son seronegativos para anticuerpos anti-AChR, hasta el 37 % posee anticuerpos anti-MuSK. Sin embargo, la sensibilidad del anticuerpo anti-AChR es más baja, alrededor del 50%, en aquellos que tienen miastenia gravis puramente ocular.

Anticuerpo antiproteína relacionada con lipoproteína 4 (LRP4) se encuentra en el 3% al 50% de los pacientes restantes con miastenia gravis generalizada que son seronegativos a los anticuerpos anti-AChR y anti-MuSK.

Anticuerpos antimúsculo estriado. Son mucho menos específicos para la miastenia gravis y se observan en alrededor del 30% de los pacientes. Son más útiles como marcador de timoma, especialmente en personas que no son de edad avanzada. Por lo tanto, la miastenia gravis no puede ser confiablemente diagnosticada sobre la base de anticuerpo antimúsculo estriado positivo solo.

Pruebas de electrodiagnóstico

Dos pruebas de electrodiagnóstico (estimulación nerviosa repetitiva y electromiografía de fibra única) brindan evidencia objetiva del deterioro de la transmisión de la unión neuromuscular y son útiles para diagnosticar la miastenia gravis. No es necesario que se realicen en todos los pacientes, pero brindan evidencia diagnóstica de apoyo, especialmente en aquellos seronegativos y cuando se necesita una rápida confirmación.

Estimulación nerviosa repetitiva utiliza "trenes" repetidos de estimulación nerviosa para generar respuestas musculares eléctricas. La sensibilidad y la especificidad de la estimulación nerviosa repetitiva dependen de las combinaciones de nervio y músculo examinadas, la gravedad de la miastenia gravis y los valores de corte utilizados para una respuesta decreciente. Su sensibilidad diagnóstica general oscila entre un 30 % y un 80 % para la enfermedad generalizada, con menor sensibilidad en la enfermedad más leve o cuando se examinan los músculos distales. En la miastenia gravis ocular, su sensibilidad es solo del 10% al 30%.

Electromiografía de fibra única utiliza pequeños electrodos de aguja para medir la variabilidad de los potenciales de una sola fibra muscular, un reflejo de la transmisión de la unión neuromuscular. Es más sensible que la estimulación nerviosa repetitiva (62% a 99% para la miastenia gravis ocular y 75% a 98% para la miastenia gravis generalizada). Por lo tanto, un resultado normal en un músculo clínicamente débil básicamente descarta la miastenia gravis. Su especificidad informada varía del 66% al 98% para la miastenia gravis ocular y hasta el 98 % para la miastenia gravis generalizada.

Otras pruebas

También son útiles en pacientes con sospecha de miastenia gravis las pruebas para enfermedades comórbidas comunes, por ejemplo, tomografía computarizada de tórax o resonancia magnética para anomalías tímicas. Uno debe estar alerta a las características clínicas que pueden sugerir condiciones autoinmunes comórbidas que requerirían pruebas serológicas adicionales, como inmunoglobulina estimulante de la tiroides, peroxidasa antitiroidea, antitiroglobulina o factor reumatoide.

 

Comentarios

Para ver los comentarios de sus colegas o para expresar su opinión debe ingresar con su cuenta de IntraMed.

AAIP RNBD
Términos y condiciones de uso | Política de privacidad | Todos los derechos reservados | Copyright 1997-2024